La lluvia ha vuelto a dejar en blanco la procesión del Sábado Santo en Puente Genil, la más solemne, sobria y austera de la Semana Santa.
El cielo y las inclemencias meteorológicas no han dado tregua en la jornada sabatina y tanto el Santo Sepulcro como la Virgen de las Lágrimas han permanecido en la parroquia de San José sin poder salir a la calle, en un cortejo procesional que suele ir acompañado por la presencia de numerosas autoridades civiles y religiosas y que destaca por el silencio y el respeto que impone la imagen del Señor en el Sepulcro.
Las miradas y las expectativas en la ciudad se centran ya en el esperado desfile procesional del Domingo de Resurrección, aunque las previsiones climatológicas tampoco son halagüeñas.
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