LA última hermandad con estación de penitencia el Martes Santo, la del Buen Suceso, decidió no salir de su templo, la iglesia de San Andrés, debido al mal tiempo que durante todo el día mantuvo en vilo a los cofrades. Una decisión esperada y acertada pero no por ello menos dolorosa. Esta cofradía es una de las que más se aventura a la hora de sacar sus pasos a la calle aunque en esta ocasión "después de la experiencia del año pasado -cuando tuvieron que refugiarse en la Catedral- hemos decidido suspenderlo", manifestó el hermano mayor, Pedro Míguez.

El cielo no dio tregua y las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Buen Suceso en su encuentro con su Santísima Madre la Virgen de los Dolores en la calle de la Amargura y de María Santísima de la Caridad se quedaron en su templo dispuestos a la visita de los fieles. El hermano mayor explicó que "no hemos visto conveniente hacer estación de penitencia" ya que el parte meteorológico señalaba lluvia. Míguez apuntó que tras la decisión "muchos hermanos, sobre todo niños, estaban llorando, porque es algo muy duro ya que estamos 365 días esperando este día".

Desde antes de las 19:15, el entorno de San Andrés bullía de gente. La suspensión de las demás procesiones o la vuelta a sus templos de las que habían salido a la calle dejaban todas las esperanzas puestas en el Buen Suceso y cientos de personas esperaban expectantes la decisión del cabildo de aguas de la cofradía, que sobre las 20:15 decidió no salir, una opción muy acertada ya que sobre las 21:15 comenzó a llover con fuerza.

Las imágenes de costaleros y nazarenos llorando se sucedían en las puertas de San Andrés mientras la multitud no se movía de su sitio, ya esperando a que las puertas de la iglesia se abrieran al público. Antes, la Hermandad del Buen Suceso realizó su via crucis de forma íntima en el interior del templo de alrededor de una hora de duración. Tras esto los nazarenos comenzaron a salir progresivamente y el público pudo acceder hasta entrada la medianoche a San Andrés para ver las imágenes de Jesús del Buen Suceso, con su paso adornado con claveles rojos, y el de María Santísima de la Caridad, engalanada con rosas blancas.

Tras esta frustración, la cofradía seguirá "trabajando con las mismas ganas e ilusión, a ver si el año que viene el tiempo nos permite salir", concluyó el hermano mayor.