Nutrición y Bienestar

Chirimoya, fruta de invierno con la misma fibra que un kiwi

Chirimoya, fruta de invierno con la misma fibra que un kiwi

Chirimoya, fruta de invierno con la misma fibra que un kiwi

La chirimoya es una fruta tropical que tiene su origen en los países que tienen este clima. Comparte propiedades con el kiwi, sobre todo la fibra, lo que beneficia la salud digestiva y contribuye al bienestar general.

La fibra presente en estas frutas puede ayudar a regular el sistema digestivo, promover la sensación de saciedad y mantener niveles saludables de azúcar en la sangre debido a que tiene azúcares simples como la fructosa, la glucosa y la sacarosa, sin llegar a ser un alimento calórico, aunque sí tiene más calorías que otras frutas.

El kiwi y la chirimoya son conocidas por tener un sabor agradable, una textura única y son opciones saludables para incorporar en la dieta diaria, brindando no solo su delicioso sabor, sino también nutrientes esenciales para el organismo. La chirimoya es una fruta que puedes disfrutar durante la temporada de invierno, ya que se empieza a cultivar en octubre, aunque las nuevas formas de conservación hacen posible que se pueda disponer de ella unos meses más, por lo que tienes sobre la mesa una manera sabrosa y nutritiva de aprovechar todos sus beneficios. 

Beneficios para la salud

  1. Fibra para la digestión óptima: La chirimoya es una fuente rica en fibra, esencial para mantener un sistema digestivo saludable, contribuyendo a la prevención de problemas digestivos y favoreciendo el buen funcionamiento de la digestión.

  2. Vitaminas y minerales: Esta fruta está cargada de vitaminas como la C y B6, fundamentales para el funcionamiento adecuado del cuerpo. La vitamina C es antioxidante, ayudando en la absorción de hierro de otros alimentos, reforzando el sistema inmune, ayudando a la formación de colágeno, fortaleciendo los huesos, los glóbulos rojos y los dientes, así como la resistencia a las infecciones.

  3. Antioxidantes naturales: La chirimoya contiene antioxidantes que combaten los radicales libres, contribuyendo así a la prevención del envejecimiento prematuro y a la protección celular.

  4. Contiene potasio, un mineral con el que ayuda a la contracción muscular, contribuye al buen funcionamiento de los nervios y favorece que el ritmo cardíaco sea constante. 

Conservación de la chirimoya

Elegir una chirimoya en su punto óptimo de consumo es como un juego de azar ya que puedes ir al supermercado, tocarla y parecer que todavía no está apta para comerla. Eso es porque es muy perecedera y sigue madurando después de su recolección. Si quieres aprovechar su beneficios, tendrás que seguir unas pautas que te ayuden al buen estado de conservación. Aquí hay algunas sugerencias prácticas:

  1. Refrigeración: Almacenar las chirimoyas en el frigorífico ayuda a mantener su frescura, por lo que guardadas en el cajón de frutas aguanta varios días. Tiene el inconveniente de que son sensibles al frío y es mejor que no estén cerca de otras frutas porque son dos aspectos que aceleran el proceso de maduración. 

  2. Congelación para uso a largo plazo: Si tienes una cantidad abundante de chirimoyas, puedes pelarlas, retirar las semillas y congelar los trozos en bolsas herméticas. Esto te permitirá disfrutar de esta fruta deliciosa incluso fuera de la temporada. 

  3. Consumo rápido: La chirimoya tiene una vida útil limitada una vez que ha madurado y lo vas a saber porque está "blandita" al tacto, por lo que llegados a este punto, se recomienda consumirla cuanto antes. 

  4. El toque del limón: Al rociar un poco de jugo de limón sobre las chirimoyas peladas, no solo realzarás su sabor, sino que también ayudarás a prevenir la oxidación y a conservar su atractivo color verde.

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