Las hemorroides son una enfermedad que afecta silenciosamente a millones de personas en todo el mundo en la que muchas veces resulta difícil hacer una vida normal por el dolor al sentarse, así como también por la preocupación que causa ese malestar, afectando al estado de ánimo. 

Las hemorroides, esas venas inflamadas en la región anal y rectal, se manifiestan cuando la presión en estas áreas supera la capacidad de las venas para mantenerse dilatadas y funcionar correctamente. Para aquellos que las han experimentado, saben que la incomodidad y el dolor físico son solo la punta del iceberg ya que sufrir hemorroides también tiene una connotación psicológica significativa, llevando a la persona a estar en un estado de ansiedad y de preocupación constantes a causa de la incomodidad en situaciones cotidianas.

Un problema también social

Decir que sufres hemorroides, o en su lenguaje más coloquial almorranas, produce vergüenza, condición para que se retrase, en muchas ocasiones, pedir ayuda ya que la propia sociedad a menudo evade estos temas relacionados con la salud íntima. 

Esta falta de apertura obstaculiza el acceso a información esencial y el apoyo necesario para quienes buscan alivio. Así que a veces es un tema tabú que impide hablar abiertamente de sus causas y de las soluciones disponibles. ¿Has oído alguna vez la frase de "las hemorroides se sufren en silencio"?

La falta de conciencia y comprensión sobre esta patología también ha llevado a que se minimice su gravedad, en el sentido de que algunas personas pueden considerarlas simplemente una molestia pasajera, pero para aquellos que las padecen, realmente afecta a su calidad de vida, por lo que no hay que restar importancia a que la sociedad comprenda que, aunque son muy comunes, las hemorroides son más que un inconveniente temporal y merecen atención y respeto.

Razones por las que pueden desarrollarse las hemorroides

1. Estreñimiento: La tensión durante las evacuaciones intestinales difíciles y el estreñimiento crónico pueden aumentar la presión en las venas del área anal, lo que contribuye al desarrollo de hemorroides.

2. Diarrea crónica: Las heces líquidas y frecuentes también pueden causar irritación y aumentar la presión en las venas anales.

3. Embarazo y parto: El aumento de la presión abdominal durante el embarazo, así como el esfuerzo durante el parto, pueden ser factores que contribuyen al desarrollo de hemorroides.

4. Obesidad: El exceso de peso puede aumentar la presión en las venas del área anal, lo que puede llevar al desarrollo de hemorroides.

5. Inactividad: La falta de actividad física puede contribuir al estancamiento de la sangre en las venas, aumentando así el riesgo de desarrollar hemorroides. El ejercicio regular no solo promueve la salud general, sino que también mejora la circulación sanguínea, reduciendo así la presión en la región anal y rectal. Estos cambios en el estilo de vida no solo son esenciales para prevenir las hemorroides, sino también para aliviar los síntomas en aquellos que ya las padecen.

6. Factores genéticos: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar hemorroides, dándose el caso de que varios miembros de una misma familia las tengan.

7. Envejecimiento: Con el envejecimiento, los tejidos en el área anal se debilitan, por lo que aumenta el riesgo de hemorroides.

8. Dieta pobre en fibra: La falta de fibra en la dieta hace que las heces sean más duras y se tengan dificultades para evacuar, contribuyendo así al desarrollo de hemorroides.

Tratamiento

Las hemorroides conforman una estructura anatómica normal que tiene todo el mundo, pero no todos llegan a desarrollarla. Hay veces que se quedan internas y no se perciben, otras que salen al exterior por la dilatación de las venas que se localizan fuera del ano o puede darse una combinación de ambas. En este sentido, el tratamiento puede variar desde cremas y supositorios hasta medicamentos orales. Los baños tibios también son una forma de aliviar esta incomodidad temporal, reduciendo la inflamación y proporcionando alivio. Sin embargo, también es importante destacar que, en casos persistentes o graves, se debe buscar la orientación de un profesional de la salud.

En cualquier caso, el tratamiento no solo te trata de recetas médicas, sino que las hemorroides también se pueden curar, y más bien prevenir, a través de la alimentación. El estreñimiento crónico, una de las principales causas, se puede mitigar con una dieta rica en fibra. Consumir alimentos como frutas, verduras y granos enteros no solo mejora la regularidad intestinal sino que también ayuda a prevenir el desarrollo de hemorroides. La hidratación adecuada es otro factor clave, ya que mantener el cuerpo bien hidratado contribuye a heces más blandas y a una menor presión en las venas anales.