Los sindicatos y COAG piden a la Junta que medie en la huelga del campo

Entre abril y mayo del año pasado, Sevilla vivió una huelga en el campo calcada a la que acaba de comenzar en Córdoba y que sólo se resolvió tras la mediación de la Junta de Andalucía. Por eso ayer, en la primera jornada de la huelga indefinida a la que han sido llamados 70.000 jornaleros cordobeses, tanto los sindicatos CCOO y UGT como la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Córdoba, una de las dos patronales agrarias que representan a los empresarios agrícolas, lanzaron un llamamiento a la Delegación de Empleo para que medie en este conflicto, provocado por el bloqueo en la negociación del nuevo convenio colectivo del campo cordobés. La Junta ya ha movido ficha y se ha ofrecido a mediar aunque sin concretar pasos. Mientras, Asaja, la segunda patronal agraria, se niega a sentarse a negociar con CCOO, sobre todo después de que uno de sus dirigentes fuera agredido ayer durante una protesta que reunió a cerca de un millar de jornaleros a las puertas de su sede en la primera jornada de un paro difícil de valorar por culpa de la lluvia.

"El auténtico alcance de la huelga lo veremos mañana [por hoy] si no llueve", resumió el coordinador provincial de COAG, Francisco Garrido. "La gente no ha ido a trabajar porque estaba lloviendo", agregó Garrido, quien sostuvo este argumento para no entrar a valorar el éxito o el fracaso de la protesta, al igual que hizo Asaja. Al contrario, los sindicatos se mostraron más que eufóricos durante una manifestación más numerosa de lo previsto. El responsable de CCOO en la negociación del convenio del campo, Rafael Estévez, aseguró que la lluvia llegó a partir de las 09:30 a la mayoría de la provincia y que a esa hora los tajos ya deberían haber estado a pleno rendimiento, pero a su juicio no fue así ya que "entre el 97 y el 98% de los jornaleros ha hecho huelga", excepto "algunos almacenes de Palma del Río" dedicados a la naranja, donde fueron a trabajar unas 400 personas.

Fuentes de la Guardia Civil confirmaron este extremo, así como la ausencia de incidentes en todos los pueblos a pesar de que se detectaron algunos piquetes informativos, precisamente en Palma del Río. Sin embargo, sí que hubo problemas en la manifestación convocada a las puertas de la sede de Asaja en el polígono industrial de La Torrecilla.

Sobre las 13:30, después de hora y media de una intensa protesta que reunió a cerca de un millar de jornaleros, algunos manifestantes lanzaron diversos objetos a la cúpula provincial de Asaja, que había salido a "conversar con los sindicalistas", según su presidente, Ignacio Fernández de Mesa, presente en ese momento. El secretario provincial de la patronal, Rafael Navas, fue alcanzado por la punta de un paraguas, que le provocó daños en un ojo y en la cara. Según informó ya por la tarde Asaja, Navas precisó ayuda médica de urgencia por unas lesiones que según el parte son "graves" y que a punto estuvieron de hacerle perder el ojo. Fernández de Mesa explicó que "yo también recibí el impacto de algo en la espalda".

Asaja denunció que hubo lanzamiento de "monedas, piedras y otros objetos" y que "al finalizar la concentración los propios trabajadores de este colectivo sufrieron insultos, descalificaciones y amenazas". Por todo ello, los servicios jurídicos de Asaja están preparando una denuncia contra Rafael Estévez por "azuzar a los manifestantes contra nosotros", según explicó Fernández de Mesa, quien concluyó que "esto ha sido la consumación de las amenazas que llevamos bastante tiempo escuchando".

Por contra, tanto CCOO como UGT, que condenaron "de forma tajante cualquier tipo de agresión física", hablaron de "provocación". Tanto Rafael Estévez como María Trujillo, de UGT, insistieron que "tras una manifestación con 1.000 personas a un metro de la sede de Asaja y con los ánimos tan caldeados", a la cúpula directiva de la patronal "no se le ocurre otra cosa que salir a saludar con su sonrisita y encima a decirnos que no van a negociar", relató Estévez, quien agregó que "controlar que a ninguna de esas 1.000 personas se le vaya la olla es bastante difícil". María Trujillo aseguró que esta agresión "va a ser ahora el argumento que Asaja estaba buscando para no sentarse a negociar".

Pese a todo, Asaja mostró ayer su "disposición a sentarse" con los sindicatos, pero "sin coacción alguna y sin el mantenimiento de la huelga", que hoy alcanzará su segunda jornada. La patronal aseguró que los trabajadores del campo "están siendo manipulados, engañados y víctimas de un interés distinto al estrictamente sindical, llevados a una protesta y a un enfrentamiento sin sentido, en unos momentos de crisis económica que no permiten estas florituras por parte de los sindicatos".

Mientras, el delegado de Empleo, Antonio Fernández, que es el que tendría que tomar la iniciativa para mediar entre las partes, aseguró ayer que sindicatos y patronal "están obligados a sentarse" y a "negociar por activa y por pasiva" para llegar a acuerdos que satisfagan a las partes sabiendo que "todos tienen que ceder, y no se trata de que haya vencedores ni vencidos". Tanto Fernández como el delegado de Agricultura, Francisco Zurera, insistieron en que la huelga "no ayuda". El paro "ni es positivo ni beneficia de ninguna manera a trabajadores o agricultores" ya que 2008 ha sido un año "complicado" por lo que "el campo cordobés no está preparado para afrontar nuevas pérdidas derivadas de la huelga", concluyó Zurera.

A la manifestación de ayer, "pistoletazo de salida" de las movilizaciones en el campo, según María Trujillo, acudió una nutrida representación de CCOO, UGT y también de parlamentarios y responsables locales de IU. En la protesta los jornaleros procedentes de Bujalance, Nueva Carteya, Montilla y Castro del Río, por este orden, eran mayoría. La huelga indefinida proseguirá durante la jornada de hoy y no será desconvocada hasta que "no obtengamos una respuesta y una propuesta en serio de lo que quiere la patronal", según concluyó ayer Rafael Estévez.