Montilla

El obispo de Córdoba, en la fiesta de San Juan de Ávila: "El sacerdocio se seca si no cuidamos el pacto de amor con el Señor"

Fiesta de San Juan de Ávila en Montilla.

Fiesta de San Juan de Ávila en Montilla. / El Día

La basílica de Montilla en la que se custodian los restos mortales de San Juan de Ávila es un foco constante de peregrinaciones y visitas, pero especialmente para los sacerdotes. Y es el lugar donde cada 10 de mayo, coincidiendo con la fiesta del Santo Maestro, piden ante la urna ser sacerdotes santos para servir a la Iglesia.

Este año, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha sido el encargado de presidir la fiesta de San Juan de Ávila ante un templo abarrotado de presbíteros que no han querido faltar a su cita anual con el Santo y Doctor de la Iglesia Universal que tantas enseñanzas les ha proporcionado, más aún en una época en la que se necesitan nuevas energías para evangelizar.

“Es muy importante su impulso misionero y es un modelo para todos nosotros, sobre todo para caminar a la santidad, porque si un sacerdote es santo, a su alrededor brota la vida cristiana”, aclamó el obispo de Córdoba ante los medios de comunicación congregados a las puertas de la Basílica avilista antes de la celebración eucarística.

El prelado, en su homilía, aludió también a la palabra de Dios que se proclamaba en este día de fiesta y que “nos da las pautas para celebrar hoy la eucaristía”. “La palabra de Dios se extiende gracias a la predicación del Evangelio. Destaco de San Juan de Ávila ese ímpetu misionero en una nueva época en la que a él le tocó evangelizar, en el acompañamiento espiritual, en las cartas -muchas de ellas nos han llegado-, en los tratados de Reforma, en los tratados como el Amor de Dios lleno de un amor místico a Jesucristo crucificado, la nueva traducción del Audi filia o el libro de Sentencias espirituales… Leer sus escritos y conocer la hondura de un corazón enamorado de Jesucristo, es el secreto de una vida sacerdotal”, explicó el obispo.

Y recordó a los sacerdotes que “no hemos sido llamado para cumplir un horario o unas tareas, sino un sacerdocio de una vida entera entregada sin límite para los demás”.

Haciendo alusión a la vida del santo, Demetrio Fernández indicó que en “San Juan de Ávila vemos esta referencia, un espíritu misionero infatigable, que cuidaba el trato personal con Jesucristo”.

Dirigiéndose a los presbíteros, el pastor de la Diócesis lanzó una petición: “Cuidar y alimentar el pacto de amor y de trato con el Señor cada día”. Explicó cómo muchos sacerdotes ven desproporcionada la tarea que tienen que realizar, pero insistió en que lo más importante es cuidar la vida espiritual. “Si a poca santidad o vida espiritual le metemos más actividad, se seca el sacerdocio, por ello, tenemos que cuidar y alimentar por encima de todo el pacto de amor con el Señor”, subrayó

Asimismo, recordó cómo San Juan de Ávila se dirige al clero con palabras muy incisivas, asegurándole que hay que plantear la vida en clave de santidad. “La fiesta de hoy nos haga a todos reflexionar sobre este aspecto de San Juan de Ávila en el que nos dice que no hay impulso misionero si no hay una vida espiritual cada vez más honda. Podrá haber activismo o rutina, pero si no hay vida, no se transmite ni se genera vida”, afirmó.

Y es que, como comentó el prelado de la Diócesis cordobesa, “el secreto de San Juan de Ávila es que la vida sacerdotal es una vida cuidada y, a partir de ahí, viene la actividad abundante, pero tenemos que ir antes al secreto, a cuidar nuestra relación con Jesucristo”.

Concluyó su homilía instando a los presentes a que la fiesta de San Juan de Ávila “nos devuelva a ese amor primero en el que dimos con alegría el paso de ser sacerdotes para el servicio del pueblo santo de Dios. No pongamos pretextos de que el mundo está mal, somos menos o la gente es reacia, porque en todo eso vencemos fácilmente cuando el amor de Cristo está bien alimentado en el corazón”. 

Celebración de las bodas de oro y plata sacerdotales

También tuvo un recuerdo especial para aquellos sacerdotes que en este día celebraban sus bodas de oro y plata sacerdotales. Doce en total fueron los presbíteros que cumplían 50 y 25 años de ministerio, de entrega a Dios, al pueblo y a su Iglesia.

En este día en el que se celebraba el patrono del clero, el obispo de Córdoba hizo mención especial al cordobés Juan José Aguirre, obispo de Bangassou, quien precisamente este año cumple el día 10 de mayo 25 años de su ordenación ministerial “Eligió precisamente esta fecha para que coincidiera con San Juan de Ávila. Que el Señor lo sostenga en su misión en la República Centroafricana donde ha gastado y gastará su vida”, expresó el Obispo de la diócesis de Córdoba.

Asimismo, tuvo presente al nuevo obispo de Alcalá de Henares, Antonio Prieto, quien lo acompañó durante la celebración eucarística, y a los sacerdotes fallecidos "porque han sido llamados a la Casa del Padre". De manera especial, pidió por los jóvenes que van a ser ordenados diáconos y presbíteros próximamente.

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