Ricardo Delgado: "El campo necesita precios justos, que permitan la retribución de toda la cadena"
Entrevista al presidente de Covap
El presidente de Covap acaba de presentar una facturación de 1.000 millones de euros y asegura que seguirán creciendo: "Es absolutamente necesario en el mundo que se nos viene encima"
Reclama que se escuche al agro: "Queremos que se nos tenga en cuenta cuando se regula"
El Grupo Covap supera los 1.000 millones de euros de facturación en 2023
Pozoblanco/Ricardo Delgado recibe en las oficinas que Covap tiene en la calle Mayor de Pozoblanco, en su despacho presidido por un enorme azulejo. Desde esa habitación gobierna una cooperativa modélica, que nació en 1959 y se ha convertido en motor y santo y seña de toda una comarca. También en ejemplo de expansión empresarial, superando en 2023 la simbólica facturación de 1.040 millones de euros.
Acaba de presentar los resultados de 2023 en la asamblea de Covap, con una facturación de 1.000 millones de euros; en 2019 eran 479. ¿Cuáles son las claves de ese crecimiento?
Pues como siempre, trabajar mucho y atender a nuestros socios, a nuestros ganaderos. Estamos condenados a crecer permanentemente y lo estamos haciendo estratégicamente. Crece nuestro ganadero, que además de ser proveedor de la cooperativa es también cliente y además propietario, y nos demandan más productos; nosotros tenemos que atender a ambos palos. En los últimos cinco años, si no recuerdo mal, en ventas hemos crecido un 60%. Es verdad, que en 2022 hubo una inflación importante y en volumen no crecimos tanto, pero el año pasado lo hicimos en euros y en volumen. Y para estos crecimientos tienes que invertir, en los últimos cinco años casi 100 millones de euros, buena parte de ellos en energías renovables.
¿Cómo se han reflejado esos aumentos de la facturación y ventas en los resultados?
Depende. Tenemos que procurar siempre que vaya equilibradamente el beneficio individual del socio en su ganadería y el beneficio de la empresa colectiva, vamos a llamarla así, que es la cooperativa. Nosotros procuramos pagar el precio de mercado como mínimo. Dependiendo del momento, si tenemos que invertir más, pues a lo mejor la cooperativa se queda con un porcentaje sobre venta algo mayor. Y del producto. En los ibéricos siempre demandamos algo más de rentabilidad por el riesgo que conllevan los 4 o 5 años que necesita un jamón. Sin hablar de cifras, hemos tenido un buen año, ha sido bueno para el ganadero, ha sido bueno para la industria y ha sido bueno para la distribución.
Esos buenos datos han llegado a pesar de ser unos años complicados, con la inestabilidad generada por la guerra de Ucrania y sobre todo una sequía muy dura. ¿Cómo ha afectado a la producción de la cooperativa?
Ha habido unos costes elevadísimos en materias primas agrarias y en energía, casi se multiplicó por 10 el coste de la energía para nosotros. Por eso, las renovables son tan importantes. En cuanto a la sequía, empezando con lo más importante, que somos las personas, ha habido 80.000 habitantes de la zona norte de Córdoba un año sin agua potable. Y hemos estado seis años hasta el extremo, siempre diciendo como venga otro año igual estamos perdidos. Y venía. Estuvimos al borde de empezar a tirar 700.000 euros al día a la calle, porque cada día envasamos un millón de litros de leche que hay que tratar térmicamente, y hace falta agua para limpiar, y después agua para el proceso productivo. Para solucionarlo, hemos estado nueve años pidiendo a la administración que conectase unos pantanos con otros. Ahora hay que conectar el de Puente Nuevo con La Colada y Sierra Boyera, algo que nos daría mucha tranquilidad. Y además, para la industria agroalimentaria es fundamental que nos permitan reutilizar el agua. La que sale de nuestra depuradora junto a un sistema terciario que afina mucho más la depuración se podría beber. Es algo que en Francia y otros países europeos ya se está aplicando, no deja de ser un ejemplo de economía circular.
¿Y por qué no existe esa posibilidad en España?
Porque hay una normativa que lo impide para la industria agroalimentaria.
¿No es una normativa europea?
Francia y algún otro país europeo han desregulado, o lo han regulado de otra manera. Habrán argumentado lo que tengan que argumentar. Y aquí el agua es importantísima, para la agricultura, pero también para la industria y los ganaderos. Porque aquí a los agricultores les lleva la administración el agua, pero parece que cuando los ganaderos planteamos cogerla de la red y llevarla a nuestras explotaciones en caso de necesidad parece que estamos diciendo una barbaridad.
¿Una comisión de desembalse para la ganadería?
No la hay, pero habrá que inventarla. A ver si lo conseguimos, ¿no? Porque la ganadería necesita mucho menos agua que la agricultura, claro.
Mirando al futuro, ¿cuáles son las perspectivas de Covap para los próximos años? ¿Por dónde va su plan estratégico?
Plan estratégico hace tiempo que no hacemos, sino que elaboramos un presupuesto y marcamos las líneas generales estratégicas, aunque el nivel de incertidumbre y de volatilidad es tan grande que es difícil ir más allá de un año. De cara al 2030, nosotros tenemos en la cabeza que nuestros objetivos sociales son mejorar la renta de nuestros cooperativistas y atender el mercado, a nuestros clientes, con productos más saludables, de calidad y al mejor precio posible para toda la cadena. Ahora, de manera especial, el consumidor está muy sensibilizado con la trazabilidad del producto y la sostenibilidad y eso tiene que estar en cualquier estrategia empresarial, sin perder de vista que sin rentabilidad no hay ni sostenibilidad ambiental, ni social. Y seguiremos creciendo, la dimensión es que hace falta, sin lugar a dudas, es un medio, no es un fin. Un medio para innovar más, para buscar otros mercados, para hacer más sostenible la cadena alimentaria, tener la suficiente fortaleza y dimensión para atender a esos grandes clientes, que son la gran distribución, en volumen y en calidad. En esa línea ascendente seguimos.
Están exportando sus productos a distintos países, ¿por dónde sigue su plan de internacionalización?
Estamos fundamentalmente en Estados Unidos, Italia, Portugal, China y Corea, que fue el primer país al que exportamos. Mantequilla. Y estamos en treinta países. Casi el 20% de la facturación de ibérico y casi el 20% de la de cárnico lo vendemos fuera y ese porcentaje tenemos que incrementarlo. En China estamos retomando los trabajos, de la mano del Ministerio y de asociaciones del sector, para la exportación primero de vacuno de carne y posteriormente de ovino. El mundo está globalizado. Es otra incertidumbre, China en lo industrial es muy fuerte, Estados Unidos lo es en tecnología y en producción también y nosotros, los europeos nos estamos quedando ahí un poco, a verlas venir con esto del estado del bienestar. Europa no puede dejar en manos de terceros cuestiones tan estratégicas como la alimentación o como la energía. En la alimentación nos hemos recreado en la calidad y hay que pensar en la seguridad, en que haya alimentos suficientes. Porque entendemos siempre por seguridad que los alimentos sean seguros, de calidad, pero nos hemos olvidado de garantizar su cantidad.
En los últimos meses ha habido importantes movilizaciones agrícolas y ganaderas, rechazando la PAC y el pacto verde europeo. Llegan las elecciones europeas, ¿qué piden al nuevo Parlamento Europeo?
Las movilizaciones del agro lo han dejado bastante claro, quizás demasiado crudamente. Han dicho, oiga, que han establecido ustedes un pacto verde y todo lo que ustedes quieran, pero no han contado con nosotros y hay cosas que son imposibles. Hace falta rentabilidad, que se establezcan precios justos que permitan la retribución de todos los que participamos en la cadena. Si no, ni va a ser sostenible, ni va a ser de valor, ni va a ser nada de nada. Ha habido dos décadas de una alimentación baratísima y eso ha llevado al consumidor a no valorar el sector primario, ni a la gente del campo, ni tampoco los productos. No ha habido rentabilidad, ni calidad de vida, muchas actividades ganaderas son muy sacrificadas y no se encuentra mano de obra para el campo y eso es otro problema. El acceso a los recursos naturales que hemos mencionado, también, necesitamos infraestructuras eléctricas e hidráulicas. Reclamamos los medios suficientes para seguir produciendo de manera competitiva, porque alguien tiene que producir.
¿Peligra la continuidad de las actuales explotaciones?
Uno de los grandes retos mirando al 2030 es garantizar la producción de la ganadería. Ya no hablamos del relevo generacional, que sería lo ideal, sino de continuidad. Un ganadero que quiera llevar además de las suyas otras explotaciones, o si eso no se produce será la cooperativa la que tenga que ver la fórmula, y la estamos buscando. Hemos constituido un departamento de producciones ganaderas que integra los grandes servicios técnicos en el que hay 40 personas especialistas, veterinarios, ingenieros, agrónomos. Y tenemos que comunicar muy bien lo que hacemos, contribuyendo medioambiental y socialmente, frente a tantas medias verdades o mentiras enteras, con argumentos científicos y coherentes. Que cada cual decida qué hacer con su alimentación con una información suficiente completa y veraz. Por otra parte, hablamos mucho de sostenibilidad ambiental, pero luego en el acto de compra el precio todavía pesa mucho, además de que hay familias a las que les cuesta llegar a final de mes. Si yo soy sostenible y no se quiere pagar pues ¿cómo me lo piden? Los ganaderos somos los primeros interesados en defender nuestro medio ambiente, pero que se nos tenga en cuenta cuando se regula. Hay unas cargas burocráticas tremendas, terminan asfixiando. Nadie se está negando a la transición ecológica, pero que no sea a costa solo de unos cuantos. Tendrá que haber una política ambiental suficientemente dotada, pero no con el dinero de la PAC.
En materia de sostenibilidad, Covap ha hecho una importante apuesta por el uso de energías renovables para la cooperativa. ¿Seguirán ampliando esa línea de trabajo?
Covap ha diseñado un plan de sostenibilidad que va mucho más allá de una política medioambiental. Basada en las tres R que decimos, la economía circular, la de reducir, reutilizar y reciclar. En el caso de las energías renovables, desde hace dos años hemos empezado a invertir en un modelo de energía fotovoltaica que ya lleva meses funcionando y que va a permitirnos cubrir del 25 al 30% de las necesidades eléctricas de la cooperativa. Tenemos una planta de biomasa que ya está en marcha, que se va a nutrir de residuos forestales y nos va a proporcionar el 100% de la energía térmica. Y una planta de biogás que está terminando sus últimas pruebas para entrar en funcionamiento, fundamentalmente con residuos ganaderos. Eso nos va a permitir producir biogás que queremos biometanizar y con el biometano poder incluso mover la flota de camiones que utilizamos con las explotaciones ganaderas cada día. Además, la planta de biogás va a producir al año 60.000 metros cúbicos de agua y al mismo tiempo también fertilizantes, fertilizantes orgánicos que van a poder utilizar nuestros ganaderos. Es una inversión que hacemos por convencimiento. Además con las tres vamos a reducir las emisiones de CO2 al cubrir el 80% de las necesidades energéticas con renovables y llegaremos al 2050 seguro siendo neutrales en CO2. Pero estamos trabajando en otros muchos proyectos.
¿Cuáles son los más destacados?
El 60% de las vacas de leche necesitan mucho forraje. Tenemos convenios con agricultores a largo plazo para decirles lo que tienen que sembrar. Hemos creado un departamento de asesoramiento energético para nuestros ganaderos. Con dos empresas multinacionales estamos incorporando a la alimentación de las vacas de leche un aditivo que permite reducir un 30% las emisiones de metano. Si nos vamos a la industria, menos plástico en el packaging, en los tapones, las bandejas. Nos ha certificado Saica Natur como primera cooperativa en España de residuo cero a vertedero. Y hay que ir ahí, porque estamos en un sector importantísimo, estratégico, el mundo va a crecer en población y vamos a tener que producir alimentos de forma más eficiente. Y ahí tenemos que contribuir y colaborar todos.
Una de las características de Covap es su papel de motor de la comarca de Los Pedroches, que ha tenido desde su nacimiento. ¿Podrá seguir manteniéndolo en el contexto actual?
Yo estoy convencido de que sí. Covap ha evitado en buena medida que la despoblación de otras zonas se haya replicado aquí y soy absolutamente optimista, va a seguir siendo el motor económico y social de la comarca. Se está produciendo un proceso de concentración del vacuno de leche, menos ganaderos producen más. Tras la alianza con el grupo Alba tenemos casi el 90% de la producción de leche de Andalucía, se trata de dominar la producción y no que nos dominen. Tenemos que seguir avanzando por ahí, crecer es absolutamente necesario en el mundo que se nos viene encima. Estoy absolutamente convencido de que tenemos los mimbres, tenemos las herramientas y lo vamos a seguir haciendo.
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