Una empresa ha llegado a un principio de acuerdo con la Asociación Recreativa Cultural El Terrible para convertir el histórico edificio del casino homónimo, en Peñarroya-Pueblonuevo, en un centro comercial. Las previsiones que maneja la empresa es que las primeras actuaciones se puedan iniciar a finales de 2016. Los trabajos recuperarán el inmueble, que conservará la fachada original. El edificio tiene una superficie de 1.200 metros de parcela, con 1.1196 metros construidos repartidos en dos plantas.

La firma habilitará una serie de locales comerciales, que ofrecerá tanto al empresariado local como a firmas de fuera de la localidad, por lo que prevé llevar a cabo una labor de captación.

El antiguo casino El Terrible se trata de un edificio ubicado en la calle Constitución, junto a la casa consistorial, de planta cuadrada distribuida alrededor de un patio interior cubierto. Posee dos plantas más sótano. El acceso se realiza centrado en fachada a través de un pasillo distribuidor, que conecta directamente con el patio interior cubierto atravesando en su totalidad la primera crujía del edificio.

Según las guías arquitectónicas, el casino es una edificación de estilo ecléctico y vagamente neoclásico, realizado mediante muros de carga de hormigón y carbonilla. En la actualidad no está en uso y su estado de conservación es de deterioro, debido en parte al mal estado de las cubiertas. Estos problemas hacen que se filtre el agua de lluvia, lo que está debilitando los muros de carga y afecta a los acabados y revestimientos interiores. Los únicos trabajos de conservación realizados hasta la fecha han tenido como objetivo el refuerzo del forjado del suelo en la planta primera, correspondiente a la primera crujía que tiene una luz de vigueta bastante grande.

La historia del casino del Terrible como institución es más que centenaria, pues se remonta a varios años antes de la emancipación de Pueblonuevo del Terrible del Terrible de Belmez, en 1894. En esa época, el espíritu ilustrado recorría las grandes capitales de provincia y también las zonas mineras e industriales, lo que se manifestó en el surgimiento de todo tipo de sociedades culturales y ateneos. La mayor parte de las veces con marcado carácter clasista, los casinos de señoritos y las logias masónicas masculinas o femeninas competían por captar afiliados, cada uno dentro de un determinado estamento.

En Peñarroya, desde un tiempo indefinido, existió un casino que, bajo la denominación de sociedad recreativa, cumplía con todos los estándares de los típicos casinos de señoritos de Andalucía. Sus socios fueron en principio labradores y ganaderos pudientes, además de algunos comerciantes. Sin embargo, en Pueblonuevo su casino nació desde un principio con un gran empuje cultural y, curiosamente, con grandes medios materiales.