Día Mundial del Agua

Las charcas de Córdoba, el hogar fugaz de decenas de anfibios y pequeñas especies

  • La Sociedad Cordobesa de Historia Natural elabora un catálogo con las charcas temporales de la provincia

  • El objetivo es estudiar las especies que las habitan, así como sus posibles amenazas y conservación

Rana común en charca del Bejarano.

Rana común en charca del Bejarano. / El Día

Córdoba es una provincia con un gran atractivo para el turismo gracias a su amplio patrimonio no solo cultural, sino también gastronómico y natural, que se protege y potencia como seña de identidad. Dentro de toda la variedad que acoge la naturaleza cordobesa se encuentra un elemento que tal vez pase desapercibido entre la mayoría de la población, dado el desconocimiento de su utilidad, pero que significa todo un mundo para algunas especies.

Se trata de las charcas, el hogar temporal de muchos anfibios y otros vertebrados amenazados, al que acompañan diversos organismos vivos muy desconocidos que despiertan el interés de expertos y aficionados cuya curiosidad les lleva a estudiarlas. Este sábado, cuando se celebra el Día Mundial del Agua, es un buen momento para reivindicarlas.

Tal es su importancia que desde la Sociedad Cordobesa de Historia Natural (SCHN) están elaborando un catálogo con todas las charcas que existen en la provincia. La iniciativa, coordinada por el profesor de la Universidad de Córdoba (UCO) Ricardo Reques, lleva un año en marcha y se encuentra en “la fase inicial de recopilar información y elaborar las fichas con referencias e información”. Reques explica que ya hay 60 charcas registradas.

Las fichas se elaboran con las aportaciones de visitantes de estos ecosistemas que mandan la información recogida. Al respecto, apunta que “en algunos casos solo pueden aportar la localización y las medidas aproximadas, pero hay gente que aporta más datos sobre las especies que hay y el entorno”.

El proyecto surge de un estudio que realizó una alumna de la UCO Ana García-Berlanga como trabajo de fin de grado. En él se recoge la información de las charcas temporales de agua dulce que se encuentran en el Campus de Rabanales y sus alrededores, donde se registraron 21 ejemplos. Se trata de una de las zonas que más controlada tiene la SCHN y en la que más ejemplos se encuentran, aunque “hay otras zonas bien inventariadas, como la del embalse de la Breña” en el término municipal de Almodóvar del Río.

Renacuajos de sapo corredor. Renacuajos de sapo corredor.

Renacuajos de sapo corredor. / El Día

El objetivo principal de este catálogo es “realizar un estudio de las amenazas para los anfibios, de sus métodos de reproducción y saber si hay más especies que generen interés y cómo viven”, según detalla Reques. Con esta iniciativa se apuesta además por el valor que tienen las charcas para mantener un ecosistema único y que depende de muchos factores para mantenerse como el hogar para especies como la rana común, el tritón jaspeado pigmeo o el sapillo pintojo ibérico de agua.

Reques advierte de que “es muy importante que las charcas sean temporales y se sequen en verano para evitar la invasión del cangrejo rojo o que la gente introduzca peces en ellas”.

Con ello, queda claro que uno de los factores más influyentes, y que no depende de la voluntad de la naturaleza, es el efecto del ser humano sobre estos ecosistemas. El coordinador del proyecto advierte de que “es fundamental”, en especial porque muchas de estas charcas se encuentran en terrenos privados “y su supervivencia depende de que no haya ganado o que el lugar no tenga otros usos”. Las que menos dependen del ser humano son las que se encuentran más aisladas entre la vegetación y el entorno natural.

Charca de las Jaras. Charca de las Jaras.

Charca de las Jaras. / El Día

Así que para intentar asegurar la supervivencia de las charcas que se encuentran en la capital como en zonas de la campiña y municipios de la zona Norte “se intenta llegar a acuerdos con los propietarios para vallar la zona y que se construyan abrevaderos para que el ganado tenga agua”.

Estas intervenciones cuentan con el apoyo de fondos europeos destinados a la conservación, aunque eso no evita que haya propietarios que no mantengan la colaboración para mantener estas charcas.

Para continuar con el proyecto, la SCHN cuenta en su web con una entrada en la que se puede acceder al formulario con el que cualquier interesado puede aportar información de utilidad sobre las charcas que conozca y visite. Aunque se trata de un proyecto abierto, la SCHN mantiene reuniones periódicas para coordinarlo y sacar las conclusiones sobre la información que se añade.

La iniciativa demuestra que hay muchos más elementos de interés en el entorno natural de la provincia de lo que se puede pensar en un primer momento y que aporta riqueza a la diversidad de especies que la habitan. Además, se puede convertir en un atractivo gracias a los paisajes que ofrecen algunas de estas situaciones y la oportunidad de observación de la naturaleza que supone.

Ranita meridional. Ranita meridional.

Ranita meridional. / El Días

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