Montilla-Moriles

Bodegas Robles investiga desde Córdoba la mejora de la producción vitivinícola a partir de microalgas

Una investigadora toma notas en un viñedo.

Una investigadora toma notas en un viñedo. / El Día

Las microalgas juegan un papel muy importante en la fertilidad y en la recuperación del suelo. De hecho, son capaces de fijar entre 1,5 y 2 kilogramos de CO2 por kilogramo de biomasa producida. Al ser utilizadas en la actividad agrícola, se quedarán retenidas en el suelo, que es el mayor sumidero de dióxido de carbono de la planta, y de este modo la agricultura podría alcanzar una cuota de CO2 negativa, es decir, consumir más carbono que el que produce.

En este contexto nace el grupo operativo AlgaVid, que trabajará durante dos años para demostrar la viabilidad de los bioproductos elaborados a partir de microalgas en la producción vitivinícola de Andalucía, Aragón y Castilla-La Mancha. Esta investigación está financiada con fondos Feder de la Unión Europea y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través del Plan Nacional de Desarrollo Rural y los Fondos de Recuperación Next Generation.

Otro de los propósitos de AlgaVid es validar el uso de las microalgas en la agricultura para mitigar los efectos del cambio climático, de esta forma se recupera la microbiota del suelo y se frena su erosión, además de lograr un uso más eficiente del agua.

De hecho, este proyecto también contempla el aprovechamiento y la recuperación de aguas de la industria agroalimentaria mediante el uso de las microalgas.

Innovación tecnológica

El grupo operativo Algavid incluye un alto componente de innovación. Así, se apoyará en una red de sensores edáficos, ambientales y fenológicos, dotados de Inteligencia Artificial, que permitirá al usuario el manejo de su viñedo a través de indicaciones por voz.

El proyecto se ejecutará por fases a lo largo de los dos años de duración programada (2023-2025), en los que se realizarán cuatro actividades. La primera consiste en el diseño de un nuevo programa de fertilización y de riego a través de la autoproducción de bioestimulantes a partir de microalgas.

La segunda busca mejorar el plan de fertilización y la calidad del suelo y del agua de riego de los cultivos. Para ello, se creará un plan de producción de bioestimulantes para cada estado fenológico de la vid, además de un programa de mejora y de recuperación de suelos a largo plazo.

La tercera actividad consistirá en el desarrollo e implementación de un módulo dotado de Inteligencia Artificial para facilitar la toma de decisiones por parte del sector viticultor.

La cuarta y última consiste en establecer un protocolo de trabajo para que la solución sea aplicable a otros cultivos y proponer metodologías que justifiquen la necesidad de regular el uso de soluciones vegetales en la producción agraria.

AlgaVid se enmarca en las ayudas para el impulso de grupos operativos de la Asociación Europea de Innovación (AEI-Agri), cuyo objetivo es incrementar la productividad y sostenibilidad agrícolas, a través del Programa Nacional de Desarrollo Rural (PNDR) 2014-2020, en su convocatoria 202.

Está coordinado por Fundación Ayesa y participan las Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, la startup G2G Algae Solutions, el Centro Tecnológico Leitat, Viñedos del Río Tajo, la Fundación Agroecosistema, Bodegas Robles y la viticultora Beatriz Larrosa.

La familia Robles se ha dedicado en Montilla a la elaboración de vinos desde 1927. A finales de los años 90, la tercera generación toma el relevo en la bodega e incorpora el manejo ecológico del viñedo y el trabajo con levaduras autóctonas. "Cultivamos las uvas ecológicas con la mayor intensidad y calidad de sabores y aromas que sabemos, vigilamos su proceso natural y trasladamos toda esa riqueza del fruto en el vino", señala Francisco Robles. Y después de 23 años promoviendo la biodiversidad, reconocimientos como Top 15 de Bodegas de la Década (2011 a 2020) confirman el acierto de esta filosofía.

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