El Hospital de Montilla afronta su primera ampliación desde su apertura en febrero de 2004. La Agencia Sanitaria Alto Guadalquivir, gestora del complejo, prevé invertir 1,1 millones de euros en la construcción de una superficie rectangular de nueva planta y 860 metros cuadrados útiles en la zona suroeste, que será simétrica a la actual ocupada por la cafetería. La Agencia quiere de esta manera “cubrir las necesidades” del hospital tras realizar un estudio sobre la demanda de servicios. El proyecto se encuentra en fase de licitación y la Agencia Alto Guadalquivir estudia en estos momentos las ofertas. El plazo de ejecución será de un año, según han detallado fuentes sanitarias.

Según consta en la memoria básica de ampliación, el estudio percibe como deficitarias las consultas de traumatología, gimnasio y zonas de fisioterapia. Y por otro lado, el área destinada a dormitorios de médicos de guardia. También apela a mejorar las “características y frecuencia” de requerimiento de atenciones y “fórmulas organizativas y de gestión”. Así, la reforma del edificio planteada redundará “en el aumento de los servicios y en una reestructuración organizativa del trabajo, que se plasmará en una atención adecuada del proceso asistencial”.

En la nueva planta baja proyectada, de 439 metros cuadrados, se ubicarán las consultas de traumatología y el área de rehabilitación, a la que se accederá por una cubierta a modo de porche en el mismo frontal de las urgencias. Habrá gimnasio, cuatro boxes, un despacio de fisioterapia, sala de rehabilitación cardiaca, onda corta y microondas, sala de parafina y vestuarios, así como aseos comunes. Como es lógico, se disponen dos conexiones interiores con el resto del hospital.

Respecto a la primera planta, de 321 metros cuadrados, dispondrá de 13 dormitorios, cada uno de ellos equipado de cuarto de baño con inodoro, lavabo y ducha. En la zona central de este área se proyecta un espacio común de estancia y dos aseos de uso común.

El proyecto básico de ampliación incide en la eficiencia energética del edificio. Así, se incide en el “máximo aprovechamiento” de los recursos naturales y en la creación de una envolvente constructiva totalmente aislada que reduzca al máximo las pérdidas y ganancias térmicas en el interior. En concreto, los aislamientos propuestos combinan la protección térmica, acústica, control de condensación y protección al fuego en una sola aplicación y con un solo material.