Sintomático giro en la política municipal de Lucena. Decrecen la afinidad y el entendimiento entre el PSOE e Izquierda Unida, exhibidas en la investidura y en la aprobación de los primeros presupuestos del mandato, y el equipo de gobierno socialista moldea con Ciudadanos la validación de las cuentas correspondientes al ejercicio 2021.

La exigencia de un pacto bilateral excluyente sujetado por IU ha supuesto un escollo insalvable y los socialistas, en las proximidades del intermedio del actual ciclo corporativo, prefieren conservar intactas las oportunidades de engarzar acuerdos con formaciones políticas como PP y Cs.

Alejándose de la dinámica nacional y provincial, Juan Pérez y sus nueve concejales exploran la vía de la sintonía con la formación naranja. Los primeros indicios tangibles de esta alianza podrían percibirse en la comisión extraordinaria de Hacienda, convocada para el próximo martes 22. Una semana después, en el ocaso de esta impredecible anualidad, tendrá lugar el pleno, también extraordinario, que someterá a debate y votación, el segundo guion económico de este período que finaliza en junio del 2023.

17 propuestas, diseñadas por Ciudadanos, entrañan la clave del respaldo de Ciudadanos a la previsión financiera del PSOE. Fuentes de la fuerza política liderada en el Ayuntamiento lucentino por Jesús López precisan que sus peticiones se dividen en tres bloques: uno, prioritario, sustentado en las prestaciones sociales y ayudas los sectores más perjudicados por la pandemia, como la hostelería y el comercio; otro que promueve intervenciones en las vías públicas; y uno tercero centrado en la cultura y en el patrimonio local.

En los últimos días, PSOE y Ciudadanos han celebrado distintas reuniones para, por ejemplo, examinar el borrador de las cuentas. Desde Ciudadanos, representado por dos ediles en la Corporación, afirman que, actualmente, contemplan incluso el voto afirmativo. Los socialistas únicamente precisan de una abstención en su objetivo de lograr el beneplácito a los presupuestos.

El equipo de gobierno alarga su estrategia del hermetismo. Sí corroboran que prosiguen predispuestos a recibir proposiciones de cualquier partido y a insertar epígrafes que perfeccionen un presupuesto, matizan, palmariamente progresista.

Juan Pérez y Miguel Villa rompen las conversaciones

El último contacto entablado entre el PSOE e Izquierda Unida, y que corroboró la bifurcación larvada días atrás, aconteció el martes. El propio alcalde, Juan Pérez, y Miguel Villa, portavoz de IU, convinieron en la congruencia de finiquitar anticipadamente las negociaciones. Fuentes de Izquierda Unida reiteran su negativa a admitir un presupuesto heterogéneo y le afean a los socialistas su inconcreción y la escasa, y sesgada, subrayan, información suministrada.

En todo caso, IU aclara que, en el último Pleno del año, aún con el voto por decidir, expondrá sus planteamientos prominentes, como la actualización de la Valoración de los Puestos de Trabajo, una materia que califican de “imprescindible” para subsanar el conflicto laboral entre los empleados municipales. Esta formación insiste en señalar que las conversaciones con el PSOE han mantenido un carácter superficial y, aparte de cuestiones rotundas como el incremento de las partidas de emergencia social, sólo han abordado líneas genéricas y cuestiones consabidas previamente como las prioridades relativas a la reconstrucción de las conducciones de la traída del agua desde Zambra o la renovación del saneamiento.

IU también había reclamado la redacción de un programa de inversiones que estableciera tres categorías –esenciales, prioritarias e importantes- y lamenta haber dispuesto, sólo en estos últimos días, tanto de la relación orgánica como de la enumeración de los ingresos y el cuadro de inversiones.

El Partido Popular también ha formulado un bloque de propuestas y aguarda la respuesta del gobierno municipal para decidir su voto en la sesión plenaria extraordinaria sobre presupuestos.