El viceconsejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Luis Hernández Garijo, y su delegado en Córdoba, Francisco de Paula Algar Torres, visitaron ayer los trabajos preventivos desarrollados por los responsables del Plan Infoca en el parque periurbano de Los Villares, en Córdoba capital, donde explicaron que estos tratamientos afectan a 1.739 hectáreas de monte público en toda la provincia, con 3,1 millones de inversión.

A estas labores hay que sumar los proyectos y obras programados por la Consejería de Medio Ambiente como la selvicultura general, ordenación de montes públicos, aprovechamientos forestales, cortafuegos mecanizados y mantenimiento y mejora de la red viaria, pues también suponen elementos de prevención contra los fuegos forestales.

La provincia tiene una superficie de terrenos forestales o montes públicos de unas 80.000 hectáreas. Desde 2003, la Junta de Andalucía, a través del Plan Quinquenal de Prevención de Incendios Forestales, ha actuado en 10.461,12 hectáreas de terreno. De cada 100 hectáreas gestionadas por la Junta, 13 tienen un tratamiento preventivo específico, con lo que se consigue un "territorio forestal fragmentado que pretende aislar los incendios que se puedan originar, disminuyendo así la superficie afectada", explicó la Consejería.

En cuanto a la propiedad particular, la Ley de prevención y lucha contra los incendios forestales también obliga a los propietarios a aprobar un plan de prevención. Así pues, se ejecutan tratamientos preventivos en una superficie forestal de 332.496 hectáreas de propiedad privada. Todo esto supone que un 56% aproximadamente de toda la superficie de bosque de la provincia se encuentra sometida a la gestión preventiva contra incendios.

Las autoridades de la Junta afirmaron que la acción más eficaz para la lucha contra los incendios es evitar que se produzcan, por lo que defendieron que "toda la política forestal de la Consejería de Medio Ambiente se desarrolla bajo esta óptica". En primer lugar, se atiende a la prevención social a través de la promoción de actitudes proactivas en la ciudadanía para evitar el inicio de incendios. Y en segundo, a la prevención selvícola, con técnicas de manejo de la vegetación.