Pozoblanco

García Herruzo impregna de historia su pregón de la Virgen de Luna

  • El exaltador destaca la labor de la cofradía y realiza viaja al pasado para para rescatar a personas que marcaron la vida local

Un momento del pregón.

Un momento del pregón. / Sánchez Ruiz.

El pregón de la Virgen de Luna de Antonio García Herruzo fue el pistoletazo de salida para los actos que se concentran en torno a la celebración de la llevada de la patrona hasta Pozoblanco, cuando el domingo 16 de febrerio, la cofradía y los pozoalbenses la carguen a hombros para devolverla a Pozoblanco.

Cuando aún resonaban por las calles de Pozoblanco los toques del tambor que anuncia la traída de la patrona en romería, acompañado por la chiquillería en su recorrido, se iniciaba en el teatro El Silo el pregón que anuncia la llegada de esta fiesta ancestral. Presentado por Rafael García Herruzo, el pregonero -maestro jubilado y amante de las tradiciones de Pozoblanco, además de investigador incansable de la historia local- quiso comenzar su intervención recordando a Marcos Redondo, y apoyándose en la coral que lleva su nombre para poner música y voz a varias piezas de la zarzuela Virgen de Luna, que el barítono hijo predilecto de Pozoblanco estrenase en los años 70.

Esta rememoración del pasado fue la clave del pregón que ofreció Antonio García Herruzo, quien rescató del  datos históricos sobre la romería de la Virgen de Luna, su relación con la comarca de Los Pedroches y la conformación territorial de la misma, así como del pueblo de Pozoblanco. Dividió su pregón en tres partes: Pozoblanco, fiel a sus ancestros; el camino romero; y la ermita vetusta y longevos.

Pero si alguien tuvo presencia en las palabras de García Herruzo como parte protagonista de la pervivencia de las tradiciones que envuelven esta fiesta colectiva, esa fue la Cofradía de la Virgen de Luna, de origen militar, que fiel al ritual de siglos pasados y manteniéndose a salvo de la modernidad, años tras año revive los momentos claves que marcan esta fiesta del patrimonio inmaterial de Pozoblanco.

Y todos estos elementos fueron destacados por el pregonero, como son la salida del tambor anunciando la llegada de la patrona, la salida del carro de la comida, la junta de cofrades para en comitiva acudir al santuario a por la Virgen de Luna, su porteo a hombros hasta la Parroquia de Santa Catalina, donde permanecerá durante 105 días, así como la comitiva de los hermanos, las salvas y el revoloteo de bandera en los puntos señalados del recorrido.

También quiso Antonio García Herruzo valerse de acompañar a un grupo de romeros en un viaje figurado muchos años atrás, para rescatar a personas que marcaron la historia de Pozoblanco, para montarse con ellos en el carro y realizar el camino hasta el santuario de la Jara. Se detuvo el pregonero en puntos clave del camino para rescatar datos históricos y pasajes sucedidos en ellos, como el pozo de la Legua, el pozo de San Diego o el arroyo Santa María, hasta llegar al santuario, su explanada y el lucimiento de la bandera de la Virgen de Luna. Un viaje en el que no faltó la gastronomía como eje de esta fiesta colectiva que pasa de generación en generación.

Tras el pregón, la Cofradía de la Virgen de Luna entregó al pregonero un recuerdo con las manos que tiran de la soga de la campana en bronce, así como el reconocimiento y agradecimiento a María Jesús Bautista por el cartel anunciador de la Romería de Traída, a la Coral Marcos Redondo por su actuación y al profesor Herminio Rodríguez por la difusión y promoción de la patrona de forma internacional, enviando estampas y carteles a los lugares por los que pasaron Juan Sebastián Elcano y Hernando Magallanes, así como a la Antártida.

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