La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) sigue con su hoja de ruta para ampliar la capacidad de almacenamiento de restos nucleares de baja y media intensidad en el centro de El Cabril, en Hornachuelos. Lo ha dejado claro el presidente de la entidad, José Luis Navarro, durante su intervención en el Foro Economía y Sociedad que organiza la organización empresarial Asfaco y que se ha desarrollado este jueves en el hotel Eurostart Palace.

Navarro ha avanzado que antes de que finalice este mes presentarán la documentación para que tanto el Ministerio de Transición Ecológica como el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) concedan la autorización para llevar a cabo la ampliación más ambiciosa de cuantas se han realizado en El Cabril, lo que conlleva registrar "una extensísima documentación”.

Así, apuntó que una vez estén listos los permisos irán avanzando en los proyectos, con el fin de que en 2025 arranque la edificación de las nuevas celdas y que en 2028 estén operativas. Recordó, como ya avanzó el Día, que se trata de construir 27 nuevos espacios de almacenamiento de residuos de baja y media actividad y que se ejecutará en dos fases, de manera que primero se pondrán en carga 12 celdas y más adelante las 15 restantes.

El dirigente insistió en que Enresa “es una empresa cordobesa” y que de hecho tienen en la provincia su principal instalación, a lo que añadió que la filosofía de esta empresa públicas sigue siendo la de “trabajar con seguridad”, a los que se ha sumado en los últimos años la necesidad de una “transparencia extrema”, algo que Navarro calificó como “imprescindible”. Por ello, ha mostrado su "satisfacción" por poder "informar" a la sociedad cordobesa sobre el funcionamiento de El Cabril en este foro de Asfaco.

Respecto al VII Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), apuntó que la fase de alegaciones terminó el pasado 16 de junio y que ahora comienza el periodo de contestación a las mismas. En este punto, añadió que el objetivo es que para antes del verano de 2023 el Consejo de Ministros apruebe el plan.

Recordó igualmente que Enresa cumple este año el 30 aniversario de su constitución y que para ello están preparando diversos actos que se celebrarán en la capital cordobesa. Habló también del impacto social y ambiental que tiene El Cabril y precisó que cuenta con 120 trabajadores y 225 colaboradores externos, además de las ayudas reguladas por una orden ministerial que cada año llegan a los municipios de su entorno.

“Queremos ser conocidos y que se conozca la instalación”, defendió José Luis Navarro, al explicar que ya han retomado las visitas escolares y de colectivos a El Cabril. Añadió que entiende que haya críticas hacia el centro de almacenamiento cordobés, pero que “no tienen fundamento basado en datos” sobre el impacto del complejo.

El presidente de Enresa en el foro de Asfaco.

Sobre el futuro, explicó que "nos faltan, en el más corto de los casos, como mínimo, 30 años más de funcionamiento para El Cabril, como pieza imprescindible", que lo es desde que empezó a operar hace, también tres décadas y, "entre otras obligaciones asignadas por el Gobierno", Enresa tiene que "tener siempre actualizado un inventario de los residuos radiactivos que ya existen y de los que se van a generar" en el país, no solo por las centrales nucleares, sino por los hospitales, laboratorios y empresas que trabajan con isótopos radiactivos”.

En la clausura del foro, el presidente de la asociación de fabricantes Asfaco, Jesús Coca, señaló que “España tiene mucho que agradecer a Enresa y a Córdoba” por contar con este centro de almacenamiento en sus territorio. En el turno de preguntas, el presidente de la Confederación de Empresarios (CECO), Antonio Díaz, agradeció el tono didáctico del presidente de Enresa sobre lo que es El Cabril, la labor que realiza y la transparencia sobre cómo se realizan esas tareas.