Hornachuelos

El Cabril recibió 2.600 metros cúbicos de residuos radiactivos en 2023, un 8% más

Panorámica de El Cabril, en Hornachuelos.

Panorámica de El Cabril, en Hornachuelos. / Juan Ayala

El centro de almacenamiento de residuos radiactivos de El Cabril, ubicado en el término municipal de Hornachuelos y el único que gestiona este tipo de basuras en España, recibió un total de 2.623 metros cúbicos de desechos durante 2023, lo que implica un incremento de alrededor del 8% respecto al año anterior, cuando fueron unos 2.400 los metros cúbicos gestionados, según ha detallado este jueves la directora del equipamiento, Eva Noguero. Estos residuos llegaron en 276 expediciones por carretera, de las que 233 procedían de instalaciones nucleares (2.535 metros cúbicos) y 43 de instalaciones radiactivas e instalaciones no reglamentarias (88 metros cúbicos).

Fue un año en el que, como ha subrayado Noguero durante la presentación del balance del ejercicio, “la seguridad en la gestión” ha vuelto a marcar la actividad y Enresa "ha cumplido con su servicio público esencial con rigor y profesionalidad”. El Cabril es una instalación "diseñada específicamente para el almacenamiento definitivo de los residuos radiactivos de muy baja, baja y media actividad que se generan en nuestro país", donde se lleva a cabo su tratamiento, acondicionamiento, caracterización y almacenamiento definitivo. 

Respecto a la clasificación por tipos, el 88,90% (2.332 metros cúbicos) de los residuos recibidos en 2023 fueron residuos de muy baja actividad (RBBA) y el 11,10% restante (291 metros cúbicos) de baja y media actividad (RBMA).

Con estos datos, a 31 de diciembre de 2023, el volumen total almacenado en El Cabril ascendía a 61.827,24 metros cúbicos. Las plataformas de almacenamiento para baja y media actividad se encontraban al 82,95% de su capacidad. Por lo que respecta a la instalación complementaria para muy baja, donde hay construidas dos celdas de almacenamiento de las cuatro autorizadas, su grado de ocupación alcanzaba a esa fecha el 26,70% y un 28,93%, respectivamente.

Una de las grandes incógnitas es cuándo empezarán a llegar a la Sierra Albarrana los residuos procedentes del desmantelamiento de la central nuclear de Garoña, en Burgos. La directora de Enresa ha explicado que en una primera fase se está trabajando en la carga del combustible y en el desmontaje de los equipos y los sistemas, con el objetivo de que en 2025 empiecen a llegar los primeros bultos a Hornachuelos. Los técnicos prevén que en esta primera fase de desmontaje, que dura tres años, se generarán 5.700 toneladas, de las que 1.200 serán gestionadas en El Cabril.

En el capítulo de control y vigilancia, la directora del centro de almacenamiento ha subrayado que, durante el año pasado, se tomaron 1.061 muestras de agua, aire, suelo, fauna y vegetación en 124 puntos de muestreo, dentro del Plan de Vigilancia Radiológica Ambiental, que fueron analizadas en laboratorios independientes y que certificaron, un año más, el "nulo impacto radiológico de la instalación en el entorno". "Las condiciones radiológicas actuales en el entorno son las mismas que antes de empezar nuestra actividad", ha recalcado Noguero.

En cuanto a la plantilla de Enresa, la conforman actualmente 111 trabajadores, el 70% del entorno más próximo a la instalación. Noguero, de hecho, ha incidido en la estrecha relación que la empresa pública mantiene con las localidades del área de influencia, lo que se materializó en una asignación total superior a los 2,7 millones de euros a los municipios durante el pasado ejercicio. A este montante hay que sumar la aportación a proyectos cofinanciados. En el caso de Hornachuelos, Enresa aportó 241.000 euros; en Fuente Obejuna, 225.000 euros, y en Las Navas de la Concepción (Sevilla), 66.000 euros.

La ampliación del centro

La directora de la instalación ha avanzado también algunos aspectos relativos al futuro de la instalación, entre ellos la obtención de la Declaración de Impacto Ambiental recibida el pasado mes de febrero para la futura construcción de la plataforma sureste para residuos de baja y media actividad, que está a la espera del informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear y de la autorización del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).

La previsión de Enresa es que el proceso burocrático se complete este año, con la intención de proceder durante 2025 a la licitación de las obras, que se harán en dos fases, para la construcción de 27 nuevas celdas, necesarias para recibir los residuos procedentes del desmantelamiento de las centrales nucleares. Noguero ha incidido en que la primera fase, que habilitará 12 celdas, debe estar preparada en 2028, ya que en esa fecha se espera queden colmatadas las celdas actualmente disponibles. En esa fecha, también estarán completados los accesos a la nueva plataforma sureste, así como las redes pluviales y los equipamientos. En una segunda fase, se construirán las 15 celdas restantes planificadas.

En cuanto al espacio para la gestión de residuos de muy baja actividad, Noguero ha recordado que el plan constructivo de la celda tres se envió en 2021 al Consejo de Seguridad Nuclear, y la previsión es que las obras arranquen en el 2025 con la intención de que pueda entrar en uso en el 2027.

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