Tribuna

Francisco de la Torre Díaz / Marcial Gómez Balsera

Diputado de C's Madrid / Diputado C's Córdoba

Por qué apoyamos estos presupuestos

Sin la aprobación de las nuevas cuentas, las Comunidades Autónomas dejarán de recibir 5.583 millones de euros en entregas a cuenta

Cristóbal Montoro Cristóbal Montoro

Cristóbal Montoro

Se esgrime en estos días la falta de inversión en infraestructuras básicas para nuestra provincia como motivo principal para votar contra los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Es cierto que la inversión en el capítulo de fomento es ínfima. Desde luego les podemos asegurar que no son los presupuestos que habría hecho Ciudadanos, ya que nosotros no formamos parte del Gobierno. Pero no es menos cierto que hay que tomar en consideración otras verdades.

En primer lugar, nos indigna profundamente que socialistas y populares se intercambien con tanto descaro sus papeles respecto al que interpretaron hace pocos meses en el debate de los presupuestos de la Junta de Andalucía. El guión ya lo conocen, es la vieja política: el gobierno pide la responsabilidad que no tiene cuando es oposición. Y la oposición no negocia, presenta enmienda a la totalidad, enmiendas de corta y pega para enfrentar territorios, y finalmente vota en contra. Qué posturas más cómodas. O gobernamos nosotros u obstaculizamos en todo lo posible el gobierno del otro, sin importarnos los daños colaterales a la ciudadanía.

A Ciudadanos nos votaron para otra cosa y no queremos ser comparsas, sino actores principales. "La política es el arte de lo posible", decía Aristóteles. Y hacer políticas posibles pasa necesariamente por tener presupuestos. Nosotros nos tomamos la molestia y hacemos el esfuerzo de sentarnos a negociar. Lo hicimos en Andalucía y lo hemos hecho también con el Gobierno central. Y, ¿qué es lo que hemos conseguido? Hemos logrado que sean los primeros PGE en los que se revierte la tendencia de los recortes y hemos conseguido que esto se haga sin subir ningún impuesto. Y además, incluyendo nuestras políticas naranjas de apoyo al emprendimiento, a la clase media y trabajadora, inversión en I+D, plan contra la pobreza infantil, contra el paro de larga duración o complemento salarial para jóvenes, entre otras medidas. Ahí es nada.

En segundo lugar, si no tenemos Presupuestos y se prorrogan los anteriores, no hay nuevas obras e inversiones. Es decir, de poco vale quejarse por el bajo nivel de inversión si la solución ofrecida a cambio es que no haya ninguna nueva y sólo pueda continuarse con las obras ya iniciadas en el presupuesto que habría de prorrogarse.

En tercer lugar, sin la aprobación de las nuevas cuentas, las Comunidades Autónomas dejarán de recibir 5.583 millones de euros en entregas a cuenta. ¿De verdad el PSOE se puede manejar en la Junta de Andalucía sin percibir los correspondientes adelantos del Gobierno central? Si así fuera, ¿por qué incluyeron en los presupuestos de la Junta estos ingresos provenientes del Ejecutivo central a los que ahora votan en contra?

En cuarto lugar, si no hay PGE, no se pueden convocar legalmente oposiciones, no se puede consolidar el empleo público, y no se podrán pagar las pensiones si no se aprueba un crédito que compense el agotamiento del fondo de reserva. En definitiva, las opciones que teníamos los diputados no son entre estos presupuestos y un mundo mejor. El debate es entre unas cuentas posibles y realistas, de un lado, y la prórroga de una chapuza del otro.

Por todos estos motivos, porque pensábamos en los parados, los autónomos, los dependientes, los contribuyentes, los opositores, los funcionarios y los pensionistas cordobeses (y de todo el país) hemos apoyado estos presupuestos. Y no nos quedaremos aquí. Nos volveremos a sentar a negociar los presupuestos de 2018, con el PSOE andaluz y con el Gobierno central de los populares. Y a eso se le llama trabajar, que es para lo que nos eligieron. Se le llama responsabilidad, se le llama política útil.

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