La Navidad pasó. Ya casi nadie se acuerda de ese periodo festivo entrañable. Sin embargo, aún quedan algunos restos de lo que fueron aquellas celebraciones y, pese al frío, en el centro de la ciudad los operarios se esmeran en recoger los últimos decorados de los árboles navideños y desmontar lo que ha sido un atractivo distinto durante más de un mes. Ahora sí que habrá que esperar al año que viene hasta que vuelvan esos distintivos que hacen que las calles presenten un aspecto diferente.
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