El relevo

En eso, en defender la imagen de nuestros agricultores, también debe trabajar la Junta

El comisario europeo de Agricultura, el irlandés Phil Hogan, anduvo ayer de ruta por Córdoba en compañía de la ministra del ramo, Isabel García Tejerina. Los comisarios europeos ya se sabe que son una especie de Papa Noel, tipos muy viajados y mejor cobrados a los que se les pueden pedir deseos pues manejan presupuestos bien nutridos; o sea, que una palabra suya basta para que una tierra pueda salvarse. Por eso mismo, porque todo el mundo sabe que llevan gruesa la faltriquera, la consejera de Agricultura de la Junta, Carmen Ortiz, aprovechó la visita de Hogan para pedirle que financie el ambicioso plan que ha ideado la administración autonómica para estimular la renovación generacional, uno de los problemas más enquistados del campo andaluz. La iniciativa tiene un coste de en torno a 65 millones de euros y su objetivo cuantificado es que alrededor de 2.000 personas puedan emprender nuevos proyectos por las tierras andaluzas con el fin de revivirlas y dotarlas de nuevas oportunidades. Una idea necesaria, no se duda, pero en la que sorprende que no se incluya alguna partida destinada a la mejora de la imagen del campo andaluz. Y es que uno de los relevos en el mundo agrario procede de la misma catetez andaluza, que durante mucho tiempo ha mirado a su pasado agrario con cierto desdén palurdo y ha apostado de forma decidida por su perfil más urbanita, como si ordeñar una vaca con una ordeñadora de última tecnología no fuese algo tan contemporáneo como diseñar drones o exponer en el CAAC. Un ganadero y biólogo cordobés, Felipe Molina, ya decía esto mismo aquí hace unos semanas, cuando denunciaba que las gentes del campo son casi invisibles y que aún se mantienen tópicos como decir que los que trabajan ahí son los menos dotados intelectualmente, algo que siempre fue falso y que mucho más lo es ahora en un campo andaluz en el que cada vez hay más universitarios vocacionales. En eso, en defender la imagen de nuestros agricultores y en no ahuyentar a la juventud, también debe de trabajar la Junta más allá de Papá Noel Hogan decida o no darnos el empujón. Un impulso que, dicho sea de paso, de sobras merecemos pues la agricultura andaluza es ejemplo en toda la UE y granero de medio continente.

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