Hace años que la baronesa Thyssen, Tita Cervera, hizo famoso aquel grito de "No a la tala" para protestar contra un proyecto del Ayuntamiento de Madrid por el que se iban a cortar cientos de árboles del paseo del Prado, vía en la que se encuentra el museo en el que exhibe su maravillosa colección de arte. La baronesa se unió a una convocatoria de Ecologistas en Acción y 40 colectivos más (entre ellos, sindicatos como CCOO y UGT) en contra de esta aberración medioambiental. La presencia de la baronesa fue un reclamo para que cientos de madrileños se sumaran a las protestas y para que los medios de comunicación se hicieran eco del desastre que se iba a cometer en esta céntrica vía madrileña. Tal fue la repercusión, que el entonces alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, detuvo el proceso de reforma. Fruto de esa movilización se logró que el paseo del Prado permaneciera inalterado y tanto los madrileños como los visitantes puedan disfrutar hoy en día de esa bonita zona de la capital de España.

En Córdoba -por ahora- no tenemos amenaza de tala, pero sí un grave problema con las podas de árboles en primavera, la época de cría de las aves. Tal y como han denunciado en varias ocasiones los principales colectivos ecologistas de la ciudad, el Ayuntamiento está provocando un desastre ecológico con estas podas a destiempo, ya que al cortar las ramas, con ellas caen al suelo cientos de nidos con pollos de diferentes especies, muchas de ellas protegidas. El mirlo común, el jilguero europeo, el verderón, el serín vercecillo o el gorrión común son algunas de las aves que estos días de primavera están perdiendo sus nidos y a sus pollos. ¿Y por qué son tan importantes? Porque ayudan a mantener el ecosistema en el que vivimos, se comen los insectos y evitan plagas, a la vez que actúan como diseminadores de semillas.

Además de denunciarlo a través de los medios de comunicación, los ecologistas se concentraron hace unas semanas en la puerta del Ayuntamiento de Córdoba para pedir que la Delegación de Infraestructuras, dirigida por David Dorado, detenga de forma inmediata las labores de poda del arbolado urbano. Dorado ha hecho oídos sordos a esta petición, de forma que a día de hoy se siguen podando árboles por toda la ciudad, lo que refleja la nula sensibilidad medioambiental y ecológica que tiene el Consistorio cordobés y los que en él gobiernan.