En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

A los hijos del rock and roll

La música te hace recordar momentos muy personales. A mí, el Rock and Ríos, de Miguel Ríos, valga la redundancia, ese que fue el undécimo álbum del rockero granadino, un álbum en directo, siempre me hace volver en cada escucha a momentos vividos en el bar de mi amigo Hillo -Gabriel Ángel Pizarro- y también a aquellos otros en una tasca de verano muy especial que en mi pueblo se llamaba El Huerto -de hecho, estaba ubicada en un lugar en el que también había una huerta-. En ambos lugares sonaba sin parar ese LP grabado el 5 y 6 de marzo de 1982 en el entonces Pabellón de Deportes del Real Madrid y que se convirtió en todo un hito en la historia de la música popular española, vendiendo 450.000 copias y siendo el preludio de una multitudinaria gira por todo el país, que fue una celebración de la recién estrenada Democracia, entonces en plena Transición. Es más, se trata del disco más vendido de la historia del rock en España. Ahora que se han cumplido 40 años de aquello, Miguel Ríos lo ha celebrado con dos conciertos en los que ha contado con aquellos músicos que en su día le acompañaron en la grabación en directo y con un repertorio de 22 temas que van desde el archiconocido Bienvenidos, dedicado a los hijos del rock and roll, hasta Lúa, Lúa, Lúa, aquel éxito del LP Rocanrol bumerang.

El que tuvo retuvo. En este caso, siempre tuvo. Miguel Ríos es la resistencia rockera en estos tiempos en los que muchos se afanan en enterrar a ese género musical que lleva décadas evangelizando y del que es pionero. Su carisma, su timbre, su tenacidad y su relación con el rock -fiel hasta la muerte- lo convierten en el rockero inmortal de este país, aunque muchos también blasfemen con ese tópico de que ya era hora de que estuviera jubilado y le echen por cara que lleva más de una década con conciertos de despedida. Blasfemia, porque, al contrario de lo que ocurre en este país, a nadie se le ocurriría en las islas británicas cuestionar a Paul McCartney o en Estados Unidos a Bruce Springsteen. En la celebración del 40 aniversario del Rock and Ríos, Miguel Ríos volvió a demostrar, una vez más, que es un rockero inmortal, y lo hizo con esa vuelta de tuerca que le ha dado a un buen puñado de hits rockeros inmortales.

Lástima que no vaya a haber -o sí, ojalá- un vídeo completo de los que han sido hasta ahora sus últimos conciertos para que quien lea estas palabras sepa por qué defiendo con vehemencia que merece un lugar privilegiado en el Olimpo del rock en castellano y, si me apuran, hasta en el del rock internacional. Y no defiendo esa tesis por esos conciertos en los que no cabía un alfiler, sino por toda una maratoniana carrera en la que ha llevado siempre la profesionalidad y el compromiso social por bandera dedicado a los hijos del rock and roll.

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