Carlos Colón

De los gozos y sus vísperas

La ciudad y los días

Como solo nuestra Semana Santa se vive en Cuaresma, vivamos la más plena Navidad en este Adviento

12 de diciembre 2023 - 00:15

Se disfruta de los libros antes de leerlos, cuando se tiene una primera noticia de ellos que anima a buscarlos; cuando dudamos en la librería, ojeando el índice, las solapas, la contraportada y el inicio de algún capítulo, si comprarlo o no; cuando aguarda a ser leído y es revisado tras cada lectura para decidir si le ha tocado el turno; y cuando por fin lo empezamos y leemos las primeras líneas, tan importantes siempre: “Hace tiempo que me acuesto temprano…”, “Como mi apellido paterno es Pirrip, y mi nombre de pila Philip…”, “Medía alrededor de uno ochenta, centímetro más o menos…”, “Cuando se trataba de ocultar sus dificultades, Tommy Wilhem era tan capaz como cualquiera…”, “A las tres de la tarde aproximadamente, Bessie Popkin empezó a arreglarse para salir a la calle…”, “En el año 1878 obtuve el título de doctor en medicina por la Universidad de Londres…”, “Todos los niños crecen…”, “El caballero Trelawney, el doctor Livesey y los demás señores me han encargado de poner por escrito todo lo referente a…”, por jugar con los inicios de algunos de mis favoritos.

Se disfrutaba de las películas antes de verlas, cuando en los vestíbulos de los cines se veían los carteles anunciando su estreno, cuando en la prensa aparecían sus anuncios, cuando se iba al primer pase del primer día y se veían los fotogramas en los expositores, cuando ya sentados la sala se oscurecía del todo y aparecía el león, el escudo con la WB, una señora vestida con una túnica levantando una antorcha, un 20th asaeteado por los haces de luz de los focos, una bola del mundo con el nombre de la productora girando en torno a ella o con una antena despidiendo rayos.

Se disfruta de la comida antes de comerla. Y no solo cuando se cocina dando forma a los placeres nuestros y de los nuestros, sino cuando, si es posible en un mercado, se va de puesto en puesto imaginando sabores viendo la mirada fija de los pescados, las texturas de las carnes, los colores de las verduras y las frutas, los tentadores aromas de las chacinas.

Es la víspera del gozo sobre la que escribió Pedro Salinas allá por 1926: “La expectación interior que anuncia el gozo inminente de la posesión”. Por eso no pierdan un instante. Como la más intacta y solo nuestra Semana Santa se vive en la Cuaresma, vivamos la más plena Navidad, la que suma la por vivir y todas las vividas, en este Adviento que se nos va de entre las manos.

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