La Gloria de San Agustín

Rafalete

El que la sigue la consigue

Los animales, como las personas, y es algo que pienso yo, también tienen sus propias manías

Lemures en el Zoo de Córdoba.

Lemures en el Zoo de Córdoba. / Miguel Ángel Salas

Soraya es muy buena persona, que no hay quien le gane, más buena que el pan, pero también es muy cabezona. Y es que desde que ha visto en El Día lo de los lemures no para de decir que tenemos que hacerlo nosotros. Y yo no es por contradecirla, pero la verdad es que me da un poco de miedo, y es que los animales y yo nunca nos hemos llevado bien.

Yo diría que nos hemos llevado muy mal, para qué engañarnos. Por eso agradezco tanto que mi hermana no tenga animales en su casa, y eso que mi cuñado en más de una ocasión ha salido diciendo con lo de que le gustaría tener un gato. Menos mal que mi hermana es alérgica, que siempre se lo recuerda, que recuerdo yo todavía cuando vivíamos con nuestros padres en la calle Zarco y los gatos te rozaban cuando menos lo esperabas.

Vaya saltos que yo pegaba, no se pueden imaginar, una cosa mala. Y lo mismo me pasaba con el perro de mi amigo Pepito, que vivía muy cerca del cine Olimpia. Con todo el mundo era la mar de simpático, pero conmigo era sacarme los dientes cada vez que me veía, como si le hubiera hecho algo, que nunca le hice nada.

Pero es que los animales, como las personas, y es algo que pienso yo, también tienen sus propias manías, aunque no las entendamos. Ya ves tú, imagino yo que un lémur de esos me coja manía y se monté el lío en el zoo, pero cualquiera convence a Soraya de lo contrario. Ya veremos en qué queda la cosa, ojalá Cayetano esté de mi lado, aunque lo dudo, que a novelero no hay quien le gane, lo que yo les diga, una cosa mala.

Pase o no, yo no voy a disfrutar en el zoo, al menos no de la manera que disfruté el otro día en El Arcángel. Vaya partido bonito contra el equipo de Castellón, que juegan al fútbol tela marinera. Pues los nuestros jugaron mejor, pero mucho mejor, que ya es difícil, que anda que no lo pasamos bien, pero a lo grande. Y aunque no se llenó del todo, vaya la gente que había, y un ambiente la mar de bonito. Vaya partidazo de Kike Márquez, que ya sí es santo y algo más de la afición, y eso que le ha costado, y no lo termino de entender porque el chaval juega al fútbol tela marinera.

Fue muy bonito que se acordaran de Gudelj en los goles, que todos lo echamos de menos. Pues la cosa va para arriba, que ya estamos asentados en los puestos de promoción y mirando de reojo al liderato, aunque eso es mejor ni nombrarlo, que luego pasa lo que pasa, y nos pasamos del blanco al negro sin pasar por el gris. Pero como Soraya, el que la sigue la consigue, y eso pasa mucho en el fútbol, cuando se quiere conseguir algo. Y esta temporada nuestro Córdoba sí parece que quiere conseguir algo. Ojalá sea así.

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