AYER se inauguró el colegio Virgen de Luna de Pozoblanco, en plena feria. Es de ver. Inaugurar un colegio -que lleva mas de un año funcionando- en plena feria de un pueblo es correr un riesgo absurdo. ¿Por qué los niños no van a la escuela? Se quedan en casa aunque sea día lectivo. Y lo mejor de todo es que vino la consejera de Educación, Teresa Jiménez, y allí no había nadie. Tuvieron que buscar a unos infantes, la mayoría de preescolar, para hacer de clá. A partir de ese momento todo fue un cúmulo de despropósitos. En el momento de la inauguración se cayó la cortinilla de la placa. Se ve que el que la había puesto estuvo la noche de antes en la feria. Cuando la consejera corrió el cordón, la insignia verde se desprendió. Así sin más. Pero lo mejor de todo fue que en vez de la Virgen de Luna la consejera dedicó el brindis de apertura a la Virgen Blanca que, de momento, no es advocación venerada en Pozoblanco.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios