Cambio de sentido
Carmen Camacho
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Desde el fénix
EL pasado domingo se publicaba en este periódico una encuesta, el Barómetro Joly que, entre otras cuestiones, preguntaba por el nivel de satisfacción con la vida en Andalucía. Y resulta que más de seis andaluces de cada diez están, o "muy", o "bastante" satisfechos, de vivir en esta tierra, que los pregoneros de Semana Santa -ahora que ya se acerca- llaman, inevitablemente, de "María Santísima". El dato es muy positivo, porque lo normal es que los preguntados en las encuestas expresen opiniones negativas o pongan malas notas. Todavía lo sería más si no fuese porque, tan sólo unos meses antes -en octubre- los que se declaraban satisfechos de vivir en esta tierra de María Santísima (yo he sido pregonero) eran más de siete de cada diez. Encontrar ni siquiera tres "cabreados" de entre diez personas residentes en Andalucía demuestra que, después del paraíso terrenal -que para su disfrute exige la condición, bastante antipática, de haberse muerto- éste es el mejor sitio para residir.
Para darle su verdadero valor a esta encuesta habría que tener a la vista las realizadas en otros lugares o autonomías de España. El grado de los satisfechos, seguro, no alcanzaría el nuestro. Sin ánimos de ofender, piense usted en los que viven allí donde llueve un día sí y el otro también o donde el invierno dura de octubre a mayo o donde, pese a la buena climatología, al personal no se le puede aguantar. Que los andaluces estamos satisfechos de vivir en Andalucía es incuestionable. Basta con ver lo simpáticos, alegres, chistosos y divertidos que somos y cómo nos vienen de toda España para conocer y disfrutar de nuestra Semana Santa, carnavales, romerías, ferias y demás festejos. Los andaluces insatisfechos que quedan por aquí deben ser los que aún no han podido emigrar a Cataluña y, si son de Cádiz, a Castellón.
Por eso, porque casi todos estamos satisfechos de vivir aquí, no nos preocupa en absoluto y hacemos poco para remediarlo que, en las estadísticas, nuestra tierra ocupe los últimos lugares, en renta por cabeza, en niveles educativos y en otros indicadores del bienestar de una población, y el primero en tasa de paro. En la misma encuesta se valora la situación económica actual de Andalucía como mala por más del 70% de los preguntados. Aún más que los que se declaran satisfechos con la vida aquí. Seguro que es que pensamos que no se puede tener de todo y que no es más rico, como dice el refrán, el que más tiene, sino el que menos necesita y como nosotros nos conformamos con lo que Dios y la naturaleza nos han regalado, por eso, a pesar de la mala situación económica, estamos tan satisfechos y no sentimos envidia de nadie, que es muy mal sentimiento.
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