En Córdoba tenemos una docena de parlamentarios andaluces, una decena de diputados y senadores en Madrid, 29 concejales en el Pleno de la ciudad y 27 diputados provinciales en el palacio de la Merced. A ello se le pueden sumar un buen puñado de delegados de la Junta y otros cargos. ¿Cuántos de ellos estaban el domingo pasado en Medina Azahara? Pues el presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán; las consejeras Rosa Aguilar y Marina Álvarez; el delegado de Cultura, Francisco Alcalde; el edil de Presidencia, Emilio Aumente, y el parlamentario andaluz de Podemos David Moscoso. Cinco en total. Quedan disculpados los que formaban parte de la delegación española en Baréin -la alcaldesa, Isabel Ambrosio, y el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz-. ¿Y el resto? Pues ninguno de ellos apareció por el lugar, un gesto que desde luego les debería hacer reflexionar a ellos mismos y a sus partidos. Eso sí, presumieron todo lo que pudieron en las redes sociales, trasladando su emoción por la consecución del sello de Patrimonio Mundial por parte de la Unesco. Si tanto deseaban de verdad ese logro para Medina Azahara, su obligación era la de estar allí, representando a los cordobeses. A lo mejor es que nos les importa tanto.