El fuste

Jesús Cabrera

Engaño a los nazis

UNO de los productos españoles más exportables en todos los tiempos es la picaresca. Este género, que ha dado grandes páginas en la literatura nacional, sigue vivo entre nosotros y raro es el día en que un pícaro no hace junto a nosotros una de las suyas con mayor o menor acierto. Una de las acciones de más arte fue la que tuvo lugar hace 75 años. El régimen nazi estaba en todo su apogeo y dedicaba no pocos esfuerzos a justificar la supremacía de los arios sobre el resto del mundo. Crearon una sociedad pseudocientífica que se dedicó a montar unas investigaciones sin más finalidad que acabar arrimando el ascua a su sardina y para cumplir este objetivo se trasladaron a Andalucía cuando tuvieron conocimiento de la existencia de las nuevas poblaciones que en Sierra Morena se crearon para alemanes por 300 reales que nunca cobraron. Fueron pueblo por pueblo, también en los de Córdoba, y anunciaron que pagarían un duro a todo aquél que se dejara medir el cráneo. El único requisito que hacía falta era presentar un certificado parroquial que dijera que uno de los dos apellidos eran alemanes. Muy fácil. A la vista del negocio -estamos en la España de 1935, no hay que olvidarlo- los sacristanes por una pequeña comisión expedían los certificados que hicieron falta. Total, que los alemanes se dejaron aquí una pasta y cuando procesaron los resultados de su investigación concluyeron que los andaluces son muy dados a los partos múltiples. Qué arte.

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