Ramiro García Vila

Emproacsa y sus gestores (II)

Las tendillas

02 de agosto 2008 - 01:00

NADA tengo que decir sobre la mercantil Emproacsa, como no sea que merece toda mi consideración, admiración y respeto. De los "gestores", lamento no poder predicar este mismo sentimiento. Más bien todo lo contrario. A mi juicio, es tan susceptible de reproche su actuación que sólo puede ser juzgada por los tribunales de justicia y evaluada por la opinión pública, escandalizada en unos casos, desencantada en otros y resignada siempre ante unos "hechos" de todos conocidos, resultado del nepotismo de los indicados servidores públicos, que vienen haciendo de la mercantil un cortijo privado al que sólo puedan acceder los amiguetes de turno, los afines políticos y toda suerte de enchufados y demás beneficiarios de trato de favor.

Antes de entrar en el relato de "hechos", preciso que los responsables máximos de la empresa pública Emproacsa son el presidente, don Antonio Ramírez Moyano, y el consejero delegado, don Julián Díaz Ortega. Pero hay otros. Irán saliendo.

La simple relación de "hechos" constituiría un rosario interminable. Es por ello que renuncio al enunciado de dicho… menú y me refiero a "hechos". Por separado.

El último capítulo de la interminable lista es de muy reciente registro. El martes 1 de julio, el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) número 121 hace pública una Bolsa de Trabajo de la mercantil. Su Base Vigésimo segunda dice: "Contra los acuerdos de la Comisión Evaluadora podrán los concursantes reclamar en instancia dirigida al Presidente de la misma, todo ello, en el plazo de cinco días hábiles…/… La Comisión Resolverá dentro de los quince días hábiles siguientes, agotándose la vía de reclamación ante la Empresa"

Una aspirante a ser incluida en dicha Bolsa entiende que la misma incumple los principios constitucionales de "igualdad, capacidad y mérito". Es más: razona, con argumentación y pruebas documentales, que la Bolsa contiene un acuerdo por el que los responsables de la mercantil pretenden favorecer a los de siempre. En consecuencia, impugnó, en tiempo y forma, dicha Bolsa. Y, ¿qué resolvió la Comisión respecto de la reclamación formulada? Lo de siempre, o sea, NADA. Es más: ni el señor presidente, don Antonio Ramírez, ni el señor consejero delegado, don Julián Díaz, se han dignado informar -como era su obligación- a la Comisión acerca de la reclamación.

La reclamante ha puesto los hechos en conocimiento del Juzgado, con la súplica de que sean puestos en conocimiento de la Fiscalía. Con independencia de lo que resuelvan las autoridades competentes, seguiré comentando los pormenores de una Bolsa que me parece… a la medida

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