opinión

Carta abierta a la afición del Córdoba CF

ES evidente que el club, y por ende el equipo, viven momentos difíciles, aunque aún no dramáticos, con cambios importantes que pueden y deben ser la base de un futuro mejor como está sucediendo en otros clubes en similares o peores circunstancias. Pero paralelamente hay un presente a resolver en lo deportivo y que lógicamente también influirá en lo económico. Y la primera y gran ocasión la tenemos en un gran partido el domingo ante el Betis y las cámaras de toda España.

Ya sé que casi todo el mundo anda desilusionado una vez más y harto de que se le pida mucho recibiendo poco. Cuando uno a nivel particular tiene problemas, recurre a su familia, amigos y a quienes nos quieren, incluso aunque a veces no nos hayamos portado bien con ellos. Y quién va a querer más al Córdoba que su afición. A quién vamos a recurrir una vez más, si no.

Ya llegará la hora de ajustar cuentas y pedir responsabilidades. Por ejemplo, los jugadores que no hayan rendido acorde con sus posibilidades se encontrarán con la salida del club. Los consejeros bastante lo están sufriendo ya, incluso a nivel profesional y familiar, en una labor ingrata y nunca comprendida. Aunque no debemos olvidar que tras una primera temporada magnífica de gestión se encontraron, como tantas otras empresas y particulares, con la inexplicable fallida fusión de Cajasur y Unicaja, y de ahí ya vino todo mal rodado.

Ahora el club, una vez más, nos necesita. El domingo tenemos una ocasión única llenando el campo, como el año pasado, frente al Betis. Disfrutando de un día maravilloso, independiente del resultado y dando un ejemplo a toda España. Ayudemos con nuestra pequeña aportación, no mucho más de lo que nos gastamos en una copa, para que los empleados, la mayoría mileuristas o menos, y los jugadores puedan remediar algo su situación.

Frente a los demagogos y envidiosos que frecuentan los foros, no todos son unos privilegiados. Hay algunos, incluso de los más asiduos en las alineaciones, con unos ingresos muy bajos y más viviendo fuera de su casa. Ya sé que como ellos hay millones de personas sufriendo en nuestro país, pero por desgracia no está en nuestras manos solucionarles los problemas como quisiéramos. También comprendo que nos sintamos defraudados por algunos, como nos defraudan nuestros hijos, amigos o defraudamos nosotros, y pese a ello seguimos queriendo y ayudando dentro de nuestras posibilidades.

En lo deportivo no está todo aún hecho ni mucho menos y mientras antes lo cerremos, mejor para todos. Animemos sin cesar desde el primer momento para sacar los tres puntos tan necesarios. Recibimos al mejor equipo de Segunda con una plantilla de Primera, pero nadie es invencible y de ello también tienen que estar muy concienciados el técnico y los futbolistas, jugando sin complejos.

Recibamos a nuestros hermanos béticos con el mismo cariño que a los de Huelva. Tradicionalmente, salvo hechos muy puntuales, ambas aficiones se han llevado muy bien a lo largo de la historia. Lo haremos con el señorío que nos caracteriza a los cordobeses. Ya sé que no podremos evitar a la minoría de desalmados anónimos que como no habrán leído en su vida un periódico, difícilmente leerán esto. Blanquiverdes y verdiblancos, como nuestra bandera. Esa Andalucía que va desde Huelva a Almería sin distinciones.

E incluso solicito un trato respetuoso con Salva Sevilla, y no seamos hipócritas. ¿Cómo hubiéramos actuado nosotros o recomendado a nuestros hijos en tal situación? No perdamos energías con el contrario. Guardémoslas para animar a los nuestros.

Los más de 9.000 abonados tienen que estar ahí el domingo. Con las peñas, que tienen que tener un papel fundamental , como en tantas otras ocasiones. Que no nos callen como frente al Granada. Todos unidos para disfrutar de un buen domingo y si llueve, para eso tenemos un estadio casi totalmente cubierto. Juntos podemos. Nos vemos el domingo.

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