Dice la wiki -utilísima herramienta que me va a permitir consumir los primeros 440 caracteres- que Ferragosto es "una fiesta italiana de carácter laico celebrada el 15 de agosto y que suele ir acompañada de éxodos masivos hacia lugares de playa o montaña. El término Ferragosto deriva de la locución latina Feriae Augusti (vacaciones de Augusto) que fue una festividad instituida por el emperador Augusto en el año 18 a.C. y que se unía a unas festividades antiquísimas que el mismo mes celebraban el fin de las labores agrícolas. En la tradición católica el día de Ferragosto coincide con el día de la Asunción de la Virgen María a los cielos".

Bien, pues en plena culminación de mis labores -que algo de agrícolas siempre tienen, rústico que es uno-, unas horas antes de mi éxodo masivo -dicho sea por la masa que desplaza mi mismidad, a la que hay que añadir la impedimenta- desde Aldebarán a Alborán; me llama el señor Ruz y me propone mi asunción a los cielos de la columnata o loggia en la que se gesta la opinión publicada en estos papeles que él dirige.

No es la primera vez que me leen por aquí, ni la primera en la que lo hacen con periodicidad -recuerden El Mirón-, pero sí es la primera en la que me comprometo a ofrecerles una serie de opinión pura, sin el dogal puesto. La primera sensación que he tenido al aceptar el reto ha sido aquella de cuando en los años mozos, observando el partido desde el banquillo te decían: "calienta, que sales". No tanto por la división entre titulares y suplentes, que también, como por jugar en el mismo campo que una serie de admirables players que por devoción o por oficio, traman o han tramado la opinión publicada en esta parte del papel impreso cordobés. Ahora que corre el aire -caliente- en el terreno de juego, saludo -¿se puede saludar, direttore? - a Vicky, Quino, Ri, Cantador y Calero, y cómo no a Díaz Vieitio -con todos he bebido alguna vez- con la intención de provocar, como poco, unas rondas cuando refresque.

Una vez agotada la licencia que me tomo, y espero que no la paciencia del retén, les adelanto que durante estas semanas procuraré evitar las olas superficiales de la tediosa actualidad, a cambio de un poco de apnea en temas que me parece a mí que merecen el foco de la agenda pública: Hiperconectividad, Crisis Climática, Modelo Energético, Fronteras, Robotización e Inteligencia Artificial, Nuevos escenarios en las Relaciones Laborales, Economía Circular. En la calma del ferragosto, procuraré ser constructivo y no meterme con nadie. Pero no les prometo nada: cuando menos lo espera uno salta la liebre. O el cagabandurrias.

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