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A ruina que tenemos con el agua es gorda, pero gorda, y es que hace ya mucho que no llueve como debe –menos mal que esta semana hemos tenido un respiro con la borrasca Karlotta–, y el problema es que nos van a cortar el grifo como esto siga así y encima nos van a arruinar, porque vaya el precio que vamos a tener que pagar por un litro, que la cosa viene con curvas, y de las grandes.
Esta semana he leído en mi Día que sube el agua un buen pico, pero tela que sube, que yo no sé si eso es como debiera ser o que tiene que ser así, pero la verdad es que lo vamos a notar en el bolsillo. Bueno, a lo mejor con eso mucha gente se toma ya en serio lo del agua y la administra como debiera, que tenemos que aprender todos que es una cosa que se acaba, y que cuando no haya más, veremos a ver lo que podemos hacer, seguro que bien poco.
El otro día contaba una mujer del barrio en la panadería que en Japón, ya ves tú Japón con lo que es, los lavabos y las duchas están conectadas con las cisternas, y que el agua que utilizamos para lavarnos las manos o ducharnos, la reutilizan para el retrete. Eso es algo que está muy bien pensado, pero bien, ya ves tú el agua que ahorraríamos de ese modo, pero mucha.
En casa de mi hermana estamos haciendo algo parecido, y es que ahora que hace frío y siempre nos duchamos con agua caliente, hasta que no llega a su temperatura a la ducha rellenamos cubos que luego utilizamos para la fregona y la cisterna. Yo sé que no es mucho, pero bueno, algo hacemos, y si eso lo hiciera más gente pues a lo mejor no estábamos tan apurados, digo yo. Y además lo bueno de estas cosas es tener conciencia de lo que está pasando y que tenemos que cerrar el grifo mucho antes de lo que lo hacemos, que a veces tardamos más de la cuenta.
Esta semana por fin se ha inaugurado la biblioteca de Los Patos, que vaya lo bonita que ha quedado, pero de lujo. El jueves fuimos Cayetano, Soraya y yo a visitarla, que el miércoles la cosa fue de políticos, que vino hasta un ministro, según leí en mi Día. Han tardado lo suyo, pero yo creo que ha merecido la pena, pero tela. Tan bonita que hasta a mí me han dado ganas de leer un libro.
Y el día de antes estuvimos en el entierro de la madre de Salvador Alba, uno de los mejores hombres que conozco y un empresario de los que no hay, que además tanto está haciendo por el deporte cordobés desde su empresa, Gestión y Calor. En fin, que ha tenido de todo esta semana, como es lo habitual, que la vida es eso, de todo un poco. Pero de lo malo, poco, tampoco hay que pasarse. Más inauguraciones, de lo que sea, que haya agua para todos y mucha salud.
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