25 años cogidos de la mano

Si durase, no me cansaría, que no me importaría lo más mínimo que fuese así todo el año, con el tiempo que hemos tenido esta semana. Tiempo de rebequita, con su fresquito bueno por la mañana y por la noche, y la sabanita de madrugada. Qué cosa más buena, de verdad, que lo disfruto como pocas cosas.

Después del verano malajoso que hemos tenido esto es gloria bendita, pero bendita. Es que así sí dan ganas otra vez de salir a las calles y estar de un lado para otro, claro que sí, pero con el fuego de este verano solo podías estar en remojo o encerrado. Y menos mal que nos pilló en Trassierra y con piscina, que fue menos la cosa por eso.

La verdad es que ahora viene un tiempo muy bonito en nuestra Córdoba bendita, que vuelven los peroles, que es una de nuestras tradiciones más nuestras, y ya la gente se queda aquí, que no huye a Fuengirola y da gusto ir a cualquier sitio.

Y esta semana, además, mi Día cumple 25 años, que se dice pronto, y se va a celebrar a lo grande, pero grande, que ya me han invitado. Cómo pasa el tiempo, pero qué gusto, que se me ha pasado volando. Ojalá 25 años más y los que hagan falta, que ahora mismo lo firmo, porque me lo he pasado en grande, como un niño chico.

Y mira que cuando llegó mi Día algunos no le daban dos días, los agoreros de siempre, que hasta me lo decían en mi cara. No se fiaban del periódico, pero es que tampoco se fiaban de mí, que decían que se me iban a acabar las cosas de escribir y que me iban a echar.

Pero cómo se me van a acabar las cosas de escribir en una ciudad como Córdoba, pero a quién se le puede ocurrir decir una cosa así. No se puede ser menos cordobés para decir eso. Si nuestra Córdoba bendita tiene una novela cada día y hasta una enciclopedia y puede que me quede corto. 25 años han pasado, 25, y ahí seguimos los dos, y bien cogidos de la mano, más fuertes que nunca, mi Día y yo y nuestra Córdoba bendita.

Que nadie cuenta las cosas de Córdoba mejor que mi Día, con las mejores palabras y las mejores fotos, que eso no se puede discutir. En fin, que nada es más bonito que celebrar el tiempo bien empleado y bien aprovechado, y eso es lo que va a hacer a mi Día. ¡Feliz cumpleaños!