Me está picando Soraya para que hagamos un viaje, pero lejos, no se vayan a creer que es a Fuengirola como todos los años, no, que está empeñada en que conozca Galicia y también quiere que venga Cayetano, que yo creo que está por la labor, por la impresión que a mí me ha dado. Yo no paro de decirle que no tengo un pavo, que estoy más tieso que la mojama, y ella siempre responde que no hace falta tanto dinero, que hasta podemos hacer un trecho a pie, recorriendo el Camino de Santiago.

Yo la verdad, les voy a ser sincero, lo de pasarme los días andando, será muy sano para el cuerpo y el espíritu, y para todo lo que ustedes digan, pero a mí no me hace ninguna gracia, para qué les voy a decir lo contrario, que ya saben que yo prefiero ir a las claras. Y la verdad es que mi amigo Miguel, un hombre que vive en la calle Parras y que conozco desde hace mil años, lo ha hecho ya varias veces y siempre viene igual de encantado, pero una cosa, que lo cuenta como si no hubiera nada mejor en el mundo. Pero cuando empezó a contar todas las ampollas que le habían salido, y las agujetas que tenía cada día, y lo malos que eran algunos colchones, yo lo estaba escuchando y no podía entender qué tenía todo aquello de bueno, así de oídas, por lo menos. Y no se vayan a creer que Miguel está dos o tres días, no, que el año pasado estuvo dieciséis, que vino con doce kilos menos, que yo creía que había estado en la isla esa donde tienen a la Pantoja, que más o menos vino con la misma cara.

Puede ser que sea verdad eso que se dice den que hay que probarlo todo para poder opinar, pero yo siempre digo lo mismo, que yo no pienso probar el aguarrás o el Taífol, por mucho que me digan, lo mismo que no pienso probar otras muchas cosas que me callo. Pero bueno, esto del Camino de Santiago parece que tiene otra cosa, y a lo mejor acabo cayendo, que ya saben que yo soy débil y al final me acabo apuntando a una ronda de Aspirinas. Eso sí, me tienen que detallar mucho el plan, que eso de estar campeando y con los pies ensangrentados varios días como que no lo veo, que todo en su justa medida, que en la mitad siempre está la virtud, o eso dicen.

En fin, ya les cuento. Lo que me ha sorprendido esta semana ha sido lo del fútbol sala, que se acabaron los abonos en un rato, y es que los tíos están en todo lo alto. Pues tendré que ir a ver un partido, que ese deporte me encanta. Y si encima están entre los mejores, pues eso, que otros aprendan.

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