La actualización del escenario macroeconómico de la Comisión Europea (CE) ha consolidado las expectativas de que 2024 será un año marcado por la debilidad de la actividad en la Eurozona. En este sentido, la CE ha rebajado 0,4 pp el avance del PIB de la zona monetaria proyectado este año a un 0,8% anual, lastrado por el débil crecimiento de Alemania, Francia e Italia. En contraste, las previsiones de crecimiento de la actividad económica en España no se han visto alteradas, manteniendo la estimación anterior de un 1,7% anual.

Una evolución de la producción en este año que estará condicionada, además de por los diversos factores que limitaron el crecimiento en 2023 (resistencia de los precios a estabilizarse en torno a los niveles objetivo, restrictivas condiciones financieras, desaceleración de la economía china, tensiones geopolíticas, etc), por la creciente incertidumbre política, especialmente en Alemania ante el avance en las encuestas del partido de ultraderecha AfD, y el imprevisible impacto sobre las economías europeas de la posible victoria de Donald Trump en EEUU.