Sánchez Arévalo: “Quiero que la gente salga del cine sintiéndose mejor”

El director trae al Festival de Sevilla ‘Rondallas’, una comedia dramática que estrena en enero y con la que reivindica el cine “popular y adulto”.

Fernando Fraga, Judith Fernández y Daniel Sánchez Arévalo, ayer en el Hotel NH Plaza de Armas. / Lolo Vasco
Braulio Ortiz

09 de noviembre 2025 - 06:30

El director Daniel Sánchez Arévalo encontró cuando era un “chaval con ansiedad” la sanación en la escritura, y desde entonces cree en el poder de las historias para aportar esperanza. Es, cuenta, lo que ha buscado con sus películas, “que la gente salga del cine sintiéndose mejor”. Ese espíritu positivo atraviesa Rondallas, su último largometraje, una comedia dramática de vocación popular con la que, tras una etapa al servicio de las plataformas, el creador quiere reencontrarse con esa liturgia colectiva que supone una sala llena de público.

“Hay quien piensa que el cine comercial tiene menos valor, pero yo no estoy de acuerdo”, afirma Sánchez Arévalo, que presentó ayer su proyecto dentro de los Special Screenings del Festival de Sevilla. El madrileño cambia esta vez Cantabria, enclave con el que tiene lazos familiares y en el que ha rodado varios de sus trabajos, por Galicia, inspirado en un vídeo de Youtube que le pasó “mi productor y amigo” Ramón Campos sobre un conjunto musical, la rondalla de Santa Eulalia de Mos, que “con sus gaitas, sus tambores y sus instrumentos autóctonos” interpretaban un repertorio inesperado, una canción de AC/DC. “Fui a verles y me enamoré de la energía que transmitían”, recuerda el ganador del Goya al mejor director novel por AzulOscuroCasiNegro. “No eran profesionales, pero representaban mejor que nadie el amor a la música, el amor a la tradición. En esa rondalla, en la que participa gente de todas las edades, había un sentimiento de comunidad, una unión, que a mí me emociona especialmente”.

El sexto largometraje de Sánchez Arévalo, protagonizado por Javier Gutiérrez, María Vázquez, Tamar Novas, Judith Fernández y Fernando Fraga, parte del duelo que arrastra un pueblo marinero dos años después del naufragio de un barco que se saldó con la muerte de varios pescadores. Los integrantes de la rondalla deciden que ha llegado la hora de dejar atrás la tristeza y de volver a la vida, un objetivo al que ayuda un concurso musical al que quieren presentarse. “El arranque es trágico, pero la película se mueve entre el drama y la comedia. La clave para encontrar el equilibrio es no forzar mucho ni una cosa ni otra”, explica el realizador, que estuvo acompañado en Sevilla por los actores Fernando Fraga y Judith Fernández, los jóvenes de un reparto “completamente gallego”.

El director encontró la inspiración en una versión de AC/DC tocada por aficionados

Fernández contó que precisamente por compartir los mismos orígenes “todos nos sentíamos de un mismo sitio, y ha sido un rodaje muy fácil. Aunque Javier, María o Tamar tienen carreras increíbles, son muy cercanos como compañeros, muy generosos”, dice la actriz. Fraga, por su parte, recordó que la dificultad estribó en aprender a tocar la gaita. “Empezamos a ensayar en abril [del pasado año] y no terminamos de grabar hasta octubre”. A Sánchez Arévalo también le “intimidó” el aspecto musical, especialmente tener que lidiar con las multitudes del concurso final. “A mí me gustan las películas donde los personajes hablan de dos en dos, no esta complicación”, bromeó.

A pesar de los desafíos, el director ha “disfrutado. Hemos pasado la pandemia, he sido padre, después vino la conciliación, y con este proyecto he vuelto a sentirme director, a divertirme en un rodaje”, comparte el creador de Primos y La gran familia española, que tras colaborar con Netflix sentía “la necesidad de volver a las salas, de hacer algo popular; adulto, pero popular. Nos angustia que la costumbre de ir al cine se convierta en algo extraordinario: yo quiero atraer al público joven, y al mayor. A todos”.

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