Cultura

Los hermanos Foenkinos regresan sin miedo al tabú con la comedia 'Algo celosa'

Siete años después de La delicadeza, los hermanos David y Stéphane Foenkinos regresan a la gran pantalla con Algo celosa, comedia agridulce que se estrenó ayer en España y explota sin tapujos el miedo a envejecer y la envidia madre-hija.

"Precisamente porque es tabú, nos dimos cuenta de que es un tema del que no se hablaba, porque es delicado. Envidiar a tus hijos no está bien moralmente", admite Stéphane, el mayor de los dos, de 49 años.

Karine Viard (La familia Bélier) encarna en la película a Nathalie, una profesora divorciada cuyas dificultades para aceptar el paso del tiempo se traducen en celos enfermizos hacia su exmarido, sus amigos, sus vecinos y especialmente su hija, una bailarina de ballet de 18 años.

Los cineastas buscaban no caer en la parodia: "Tiene éxito, es brillante, guapa" y pese a todo es ella misma la que se infringe ese dolor, añade David, autor de éxito en Francia gracias a novelas como Charlotte o la propia La delicadeza.

El codirector admite que los celos están asociados a menudo "a algo patológico y tóxico", que sin embargo se puede limitar a una envidia "pasajera". En la película, no obstante, la protagonista no puede evitar hacer imposible su vida y la de los demás, sobrepasando en todo momento lo políticamente correcto.

"Tener un personaje sin filtros nos permite hacer en el cine cosas que nunca haríamos en la vida real. Si todos decidiéramos hablar sin la frontera de la educación sería la guerra, todo el mundo dejaría de hablarse", apunta David (París, 1974).

Su trabajo conjunto detrás de la cámara, señala, es complementario: "Una película al final es dirigir una empresa de 50 personas y cuando eres dos hay que tener una visión común. Tardamos dos años en prepararla. Nos complementamos, pero tenemos una visión precisa de lo que queremos hacer".

En esta ocasión, tuvieron claro desde el principio darle el protagonismo a Viard, una actriz "inmensa, con un sentido inédito para la comedia", según David, y al mismo tiempo capaz de aportar profundidad.

"No me gusta mucho que escriban especialmente para mí, porque te mete presión y te cuesta más decir que no, pero al mismo tiempo es agradable", añade la intérprete que, como su personaje, acaba de sobrepasar la barrera de los 50. Le atrajo de Nathalie su lado "sombrío, humano, negro", pero también su capacidad para hacerla reír: "Me interesó cómo con un personaje tan terrible podía contar una realidad que nos afecta a las mujeres".

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