"Me cuesta mucho más hacer de mí mismo que interpretar a un personaje"

El cordobés, que presenta esta noche la gala junto a Natalia Millán, Toni Cantó, Ángel Ruiz y Chema Noci, tendrá una gran presencia el próximo otoño en los cines con el estreno de cuatro películas

Fernando Tejero, ayer, en un camerino del Gran Teatro.
Fernando Tejero, ayer, en un camerino del Gran Teatro.
A. A. / Córdoba

09 de mayo 2011 - 05:00

Fernando Tejero (Córdoba, 1969) regresa esta noche al Gran Teatro como presentador de la gala de los premios Max. Galardonado recientemente en el Festival de Cine Español de Málaga por su papel en Cinco metros cuadrados, de Max Lemcke, el actor tiene en su agenda para los próximos meses varias propuestas teatrales y el estreno de las películas que ha rodado en el último año.

-Una nueva experiencia en su trayectoria. ¿Cómo la está viviendo?

-Igual suena a tópico, pero es algo que me hace mucha ilusión. No lo habría hecho si no fuera así. Nunca había ido a una gala de los Max. Presentarla es una experiencia que imprime respeto, porque no soy muy amigo de las galas: me dan mucho miedo. Una vez que el telón se levanta no hay vuelta atrás, y encima ésta se retransmite por televisión. Por otro lado, son los premios más significativos de las artes escénicas en España, y está Juan Carlos Rubio, con el que ya coincidí el año pasado en la gala de clausura del Festival de Cine Español de Málaga, junto a Blanca Portillo. Esto ya era un estímulo suficiente. Y, por supuesto, que se hiciera en Córdoba y en el Gran Teatro es el mayor atractivo. El pack es muy completo. A Ángel Ruiz lo conocía un poco, pero a Natalia Millán y Toni Cantó sólo de vista. Estoy encantado porque cantan todos muy bien, por lo que voy a estar muy arropado, y porque hay muy buen rollo: se ha creado un ambiente muy bueno.

-Un trabajo de este tipo conlleva un gran esfuerzo concentrado en pocos días. Es un espectáculo puntual, sin mayor desarrollo, pero que implica un gran desgaste.

-Desde luego. El proceso de una obra de teatro, y lo que estamos haciendo estos días tiene algo que ver con eso, es en mi caso como una montaña rusa. Empiezas con mucha ilusión, hay un momento en el que te das cuenta de lo a gusto que estás, y después hay un descenso y te preguntas: ¿yo qué hago aquí? A mí me pasó el otro día aquí en el Gran Teatro: tuve un poco de bajón y lo pasé muy mal: es mucha responsabilidad y me preguntaba: ¿merecen la pena todos estos nervios y todo este esfuerzo para dos horas? Ni siquiera para dos horas, porque yo no estoy toda la gala presente. Pero sí merece la pena. Luego estas cosas se recuerdan con cariño y quedan en un lugar de tu corazón, y no todo el mundo tiene el privilegio de presentar una gala como esta.

-No han trascendido muchos detalles de la gala, pero la intención es que sea divertida y dinámica...

-Lo bueno que tiene Juan Carlos Rubio es que no hace galas al uso. Yo la única gala que he presentado es la de Málaga. Lo hice durante cuatro años consecutivos con Anabel Alonso como compañera y Gerardo Vera como director. Ahí sólo había un atril y funcionaba mucho la improvisación. El pasado año llegó Juan Carlos y nos puso a Blanca Portillo y a mí a hacer una pequeña obra de teatro, y eso es lo que va a pasar aquí. Con mucho miedo, porque aquí no hay ningún personaje que interpretar: yo hago de Fernando Tejero, y me cuesta mucho más hacer de mí mismo que interpretar a un personaje. Pero Juan Carlos pone las cosas fáciles porque te respeta mucho y establece unas pautas muy precisas. Con mirarle a la cara entiendo perfectamente lo que le gusta y lo que no. Había un proyecto en común que se paró de repente y ojalá lo podamos retomar.

-¿Cómo ha evolucionado el teatro español desde que usted entró en ese mundo hasta ahora?

-Ha sido todo mejoría, al contrario de lo que ha pasado en el cine. La gente va más al teatro. Siempre se dice que el teatro está en crisis, pero bendita sea esa crisis. Es cierto que ahora se está pasando por un momento delicado porque muchas compañías que se van de gira están sufriendo impagos por parte de los ayuntamientos. Ha habido reivindicaciones pero yo creo que en breve comenzará una lucha en serio. Pero por otro lado el teatro ha evolucionado en casi todos los aspectos. Hay una promoción distinta y la juventud empieza a entender el teatro de otra manera, pero siempre como un hecho cultural. Se les está dando muchas oportunidades a muchos creadores y compañías. Desde que yo empecé he visto una evolución notable. Mi gira de Piedras en los bolsillos funcionó perfectamente, y ahora tengo varios proyectos teatrales. Primero me voy a Mérida, convocado por Blanca Portillo para hacer Asamblea de mujeres, y luego posiblemente -esto todavía no lo sabe nadie- haga El apartamento con Lola Dueñas.

-Y en cine y televisión, ¿qué proyectos tiene?

-En cine tengo cuatro películas por estrenar y acabo de terminar la nueva de Álex de la Iglesia (La chispa de la vida). Nunca he tenido prisa y llevo algunos años en los que me planteo trabajar un pelín menos (aunque al final siempre trabajo igual), dosificarme un poco y hacer cosas que me apetezcan realmente. Si ahora me ofrecen tres películas, escojo la que más me gusta y dejo las otras dos. El año pasado hice cuatro películas y en la última lo pasé mal por el nivel de estrés, ya que me coincidía con la gira de Piedras en los bolsillos y era muy duro. Aunque, como uno pone pasión en las cosas y esto me gusta tanto, al final salen... Ahora quiero centrarme en el teatro y en la promoción de Cinco metros cuadrados, que va a tener un recorrido muy interesante -con presencia en varios festivales-, y las otras tres películas que estreno entre septiembre y diciembre. Por otra parte, José Mota y yo tenemos ganas, después de conocernos en el rodaje de la película de De la Iglesia, de hacer algo juntos en televisión, y Blanca Portilllo quiere unirse al proyecto. Me siguen ofreciendo cosas en televisión, pero sólo quiero coger aquello que me interese. Hay otros proyectos de cine que aún no se han cerrado.

-¿Cómo ve Córdoba?

-La veo preciosa, más bonita que nunca. Se respira que va a ser la Capital Cultural de Europa en 2016. Yo he puesto mi granito de arena y lo seguiré poniendo si hace falta. Por un lado me gusta que la ciudad haya crecido de esta manera y por otro echo de menos rincones que han cambiado tanto que no los reconozco. Pero siempre estoy contento de volver aquí, y con ganas de regresar para pasar una larga temporada.

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