Cultura

Tintín, el aventurero octogenario

  • El personaje alumbrado por el genial Hergé celebra hoy el 80º aniversario de la publicación de su primera aventura, 'Tintín en el país de los Soviets', iniciadora de una saga mundialmente conocida

El 10 de enero de 1929 apareció en Le Petit Vingtiéme la primera aventura del reportero más famoso del cómic, Tintín en el país de los Soviets. Se trataba del primero de una larga lista de 23 álbumes que se fueron publicando desde entonces hasta 1976 y que llevaron a su protagonista, acompañado de los personajes que se le fueron añadiendo durante medio siglo (el capital Haddock, el profesor Tornasol, los detectives Hernández y Fernández, la gran diva de la ópera Bianca Castafiore, etc.), desde el Congo hasta la Luna, siempre de aventura en aventura para el deleite de cientos de millones de lectores.

Mundialmente conocido como Hergé, Georges Remi, el creador de Tintín, el personaje de cómic más famoso de la Historia, nació hace ya más de un siglo en Bruselas, el 22 de mayo de 1907, y murió el 3 de marzo de 1983. Desde niño mostró su inclinación al dibujo ilustrando en sus libros escolares, donde plasmó la particular visión que el joven Georges tenía de la ocupación alemana durante la Primera Guerra Mundial. Ya adolescente, su ingreso en un grupo de scouts cristianos marcó profundamente su carácter.

Gracias a los scouts, Remi tuvo la posibilidad de comenzar a publicar sus trabajos, primero en la revista Le Boy Scout y, más tarde, en Le Boy Scout Belge, donde apareció en 1924, con el seudónimo de Hergé, formado con las iniciales invertidas de su nombre real. Hasta 1926 su trabajo consistió en ilustrar los artículos de la revista, y en julio de aquel año creó su primera serie, Totor, jefe de la patrulla de los Abejorros (1926-1930). Fue el germen de lo que sería uno de los mayores éxitos editoriales de la historia, Tintín.

En 1927, Hergé comenzó a trabajar como aprendiz de fotógrafo e ilustrador en el periódico Le Vingtieme Siecle, donde también se ocupaba de la composición y de la realización de retratos, rótulos, planos y tarjetas. Fue el director del diario, el padre Norberto Wallez, quien le encargó la elaboración de un suplemento juvenil, Le Petit Vingtiéme, vio la luz en noviembre de 1928.

Muy pronto, desde las páginas de Le Petit Vingtiéme, Hergé comenzó a reencontrarse con Totor, su antiguo personaje de los scouts, que vio cómo se le engalanaba con un singular tupé, se le acompañaba de un fiel fox terrier llamado Milú y cómo su propio nombre se transformaba en Tintín.

Las tres primeras entregas de Tintín se publicaron en Le Petit Vingtieme, pero a partir de 1934 sería la editorial Casterman la encargada de publicar regularmente la obra de Hergé hasta 1940, en que, con la invasión alemana, desaparecen Le Vingtieme Siecle y su suplemento semanal. Con la liberación de Bélgica, en 1944, se toma la decisión de apartar de sus puestos a los periodistas que hubiesen colaborado en los periódicos durante la ocupación alemana, al margen de cuál fuese su signo político. Para Hergé fue una etapa muy dura, pero en 1946 volvió a resurgir con la aparición del semanario belga Tintín. Cuatro años más tarde, en 1950, nacen los Estudios Hergé, donde el autor consigue agrupar a una docena de excelentes colaboradores. Fue le resurgimiento y la consagración a nivel mundial de Hergé, que vio cómo en 1960 Tintín llegó por primera vez al cine con El misterio del Toisón de Oro.

En 1972, durante el primer Congreso del Cómic en Nueva York, Hergé recibió el homenaje de los ilustradores americanos. Fue el primero de los numerosos galardones con los que se premió el conjunto de su obra y uno de los reconocimientos más apreciados por Hergé, junto con la inauguración, en 1976, en el parque Wolvendael de Bruselas, de la estatua de Tintín y Milú esculpida por Nat Neujean.

Su última obra, Tintín y el arte alfa, quedó inacabada para siempre por la muerte de su autor, que dejó instrucciones concretas de que Tintín no continuase sus aventuras después de que él hubiese desaparecido. De las aventuras de Tintín se han vendido más de 200 millones de ejemplares en todo el mundo y los álbumes de Hergé han sido traducidos a 50 idiomas, desde el japonés hasta el esperanto.

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