El género lírico hace aparición esta noche en el Gran Teatro de la mano de la soprano María Bayo y el guitarrista Pepe Romero, que interpretarán Mi jardín solitario y Madrigal y cinco canciones sefardíes, del compositor pozoalbense Lorenzo Palomo. Los dos artistas se reunirán en un escenario con este programa por primera vez. "Me hace una ilusión infinita estrenar en mi tierra estos dos ciclos", confesó Palomo. El concierto se completa con obras de Isaac Albéniz, Joaquín Malats, Celedonio Romero y Francisco Tárrega, piezas que interpretará Pepe Romero en solitario.

Palomo recordó ayer el proceso de creación de Mi jardín solitario, un ciclo de 11 canciones basadas en poemas del guitarrista y compositor malagueño Celedonio Romero, padre de Pepe Romero. Todo empezó con un viaje que Palomo hizo a San Diego (California). Allí vivía la familia Romero, a la que el compositor conoció. "Convivimos siempre juntos y tuve el placer de conocerlos no solamente como grandes guitarristas", señaló. "Me adentré a través de ellos en el mundo de la guitarra", algo muy importante porque "un compositor puede componer muy bien, pero si no conoce la guitarra de cerca es muy difícil, casi imposible" hacerlo para este instrumento. Durante los cinco años que Palomo estuvo en San Diego comprobó que Celedonio Romero era "no sólo un gran guitarrista sino que además era un gran poeta". Sus versos contenían la filosofía del flamenco y tenían un carácter popular. "Escribía con una gracia y un salero increíbles", puntualizó.

Poco antes de morir, Celedonio Romero editó un libro con esos versos que había escrito, entregando uno a Palomo con una dedicatoria: "Para que le pongas tu maravillosa música a estos versos y así tendrán más valor". Tras unos años, ese deseo se hizo realidad y así nació Mi jardín solitario, un título que refleja "el pensamiento y la forma de ver la vida a través de una parte interior de cada artista, y eso lo tenía Celedonio muy arraigado en su forma de ser", expuso Palomo. Para completar ese ciclo el compositor creó Madrigal y cinco canciones sefardíes.

Por su parte, Pepe Romero expresó la importancia que Palomo ha otorgado a estos dos ciclos con su "sublime" composición. Por una parte, Madrigal y cinco canciones sefardíes, que "tienen un valor tremendo en lo que es nuestra cultura y toda la herencia artística de Andalucía", y por otra Mi jardín solitario, un conjunto de obras que emocionan al guitarrista porque "representa todo el recuerdo de mi vida con mi padre". "Son poemas de los que recuerdo perfectamente el momento en que los escribió", añadió.

Las letras de Celedonio Romero también contienen pinceladas picarescas, como la Canción del bambú. Su hijo, Pepe Romero, confesó que son unas canciones muy entrañables para él: "Las hago con todo el cariño: por mi padre, por Lorenzo y con todo el cariño que siento por mi compañera María Bayo".

La soprano también mostró la admiración que tiene a sus compañeros de proyecto, una experiencia que "ha sido estupenda": "Para mí ha sido una satisfacción hacer música con Pepe, y ahora más encima del escenario". El pasado año Bayo grabó junto a Romero un disco que incluye estos dos ciclos. "Fue una gran suerte tener a los dos allí porque me pudieron dar muchas notas para poder interpretar esos poemas", manifestó la soprano. María Bayo reconoció que para ella trabajar con Lorenzo Palomo "no es solamente hacer unas canciones, sino hacer las canciones de un amigo, poder cantar unas canciones de alguien con el que tienes un feeling especial.

Para finalizar, Romero expuso que en el concierto va a tocar la guitarra que fue de su padre "desde 1974 hasta el fin de su vida". Se trata de un instrumento -que Celedonio Romero bautizó como La Catedral- hecho en el taller de Miguel Rodríguez, en la calle Alfaros. "Espero que el espíritu de él, a través de mis manos, abrace su guitarra y toque para vosotros", concluyó.