Leo Brouwer (La Habana, 1939) es uno de los artistas musicales más queridos en la ciudad por su período como director de la Orquesta y su estrecha colaboración con el Festival de la Guitarra. Vuelve a Córdoba para visitarla de nuevo y recibir otro de los muchos homenajes que se le han hecho. Córdoba le brindará hoy su cariño y reconocimiento por su inigualable trayectoria musical en un acto en la Sala Polifemo del Teatro Góngora a las 20:45.

-¿Cómo recibe tantas muestras de afecto y reconocimiento?

-No hay un solo ser humano que no se sienta agradecido por el cariño. Todos necesitamos cariño y amor, hasta el más desalmado de los seres humanos.

-Ayer impartió la primera clase del curso La técnica de articulación y el estilo en el Festival de la Guitarra. ¿Cómo se siente en la faceta de instructor?

-Yo he enseñado muchos años, no solo en Europa. Aquí en el festival de Córdoba lo he hecho prácticamente desde sus inicios en los años 90. Simplemente lo he retomado después de varios años de trabajo y vuelvo de visita a la ciudad donde estuve diez años cuando formé la Orquesta.

-En el ámbito de la formación, ¿qué es lo más difícil de enseñar en cuanto a aspectos guitarrísticos se refiere?

-La situación es la misma en el mundo entero, los problemas de la guitarra son más musicales que técnicos; es decir, el guitarrista se apasiona tanto por este instrumento mágico que no oye otra cosa. Casi no conoce el repertorio de cámara, el violín, el chelo, la orquesta sinfónica y el cuarteto de cuerdas.

-¿Cómo percibe el momento que atraviesa el festival? ¿Cómo ha cambiado desde sus inicios?

-Lo que posiblemente haya cambiado más en el festival es la actitud del alumnado y de los visitantes. El verano insta a divertirse, lo que provoca que la mitad de los estudiantes no vengan a formarse sino a divertirse, lo cual me parece muy bien pero si va paralelo a la misión que ellos tienen de formarse. Además, desde el momento en el que empecé mi relación con el festival, hace ya por lo menos 15 años, se ha enriquecido con estilos muy diversos.

-¿Qué le parece que esta edición haga un homenaje al fallecido Paco de Lucía?

-Paco fue mi amigo desde los años 60. Es lógico que se haga este reconocimiento porque es uno de los grandes de la guitarra y de la música española.

-¿Qué nivel percibe en los jóvenes guitarristas actualmente en cuanto a técnica, interpretación y estilos?

-Desde hace ya por lo menos 20 años los niveles son muy desarrollados en lo profesional. En el caso de los estudiantes, estos tienen un camino largo por recorrer con unos referentes de su generación de muy alto nivel. Esta es la razón por la que tienen que trabajar durísimo, y no exagero.

-¿Qué supuso para su carrera artística dirigir durante diez años la Orquesta de Córdoba?

-Para mí fue una alegría porque me gusta comunicarme y cuando llegué los niveles de información del público eran muy bajos. La Orquesta ayudó a enriquecer una información mucho más amplia de un género tan importante como es el de la cultura histórica en el campo de la música.

-¿Y qué recuerdos tiene de su etapa cordobesa?

-Muy buenos, los mejores posiblemente. Trabajé muchísimo porque hice, además de mis conciertos con la Orquesta en las series, recitales en las iglesias y conciertos didácticos que produjeron un público que es el que hoy está poblando las salas de conciertos.

-¿Qué opina de la situación de necesidad que vive ahora la Orquesta?

-Es una crisis que no debería existir debido a la importancia cultural que tiene un organismo como ese. Creo que a los políticos, como es natural, no les interesa la cultura sino el dinero y la posición que ostentan. Ese es el gran problema, el talón de aquiles de la sociedad en general.

-A sus 75 años, ¿cree que aún le faltan cosas por hacer en el mundo de la música?

-Me faltan cosas. Aún tengo ganas de hacer muchas cosas que, precisamente, estoy ya realizando.