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El silencio de Monti sobre su futuro mantiene a Italia en vilo

  • El primer ministro no aclara si se presentará a las elecciones tras una larga reunión con el presidente de la República Berlusconi y el PD le invitan a sus filas

El futuro político del primer ministro italiano, Mario Monti, continúa siendo un enigma para Italia, tras la reunión de hora y media que mantuvo ayer con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, sin que haya trascendido por el momento nada de su contenido. Tras el encuentro y a la salida de un concierto al que asistió después, el ex comisario europeo fue preguntado por los periodistas si se habían "aclarado" los temas con Napolitano, a lo que respondió con un: "Feliz Navidad; muchas felicidades".

El presidente de la República tampoco arrojó luz sobre la conversación mantenida y contestó a los medios de comunicación que si las cosas "se han aclarado será Monti el que lo diga, no yo". Al menos, el ministro de Cooperación e Integración, Andrea Riccardi, aseguró que sabe que "Monti hablará al país y hará un discurso argumentado (...), en el cual explicará los motivos de su decisión". Pero no dijo cuándo se producirá.

Los analistas aseveran que Monti ha abordado su futuro político con Napolitano y, en especial, el tema de su condición de senador vitalicio por la que, según advirtió recientemente el jefe del Estado, no podría presentarse como candidato a los comicios de 2013.

La falta de apoyos del partido de Silvio Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL), en el Parlamento y las duras críticas vertidas sobre su gestión por el secretario general de la formación, Angelino Alfano, decidieron a Monti el pasado 8 de diciembre a anunciar a Napolitano su intención "irrevocable" de dimitir una vez se apruebe la Ley de Presupuestos de Estado, lo que se prevé suceda entre el viernes y sábado próximos.

Una vez presentada la dimisión, Napolitano deberá disolver las cámaras, lo que está previsto ocurra entre Navidad y Fin de Año, y convocará elecciones probablemente para mediados de febrero.

Sin embargo, durante la última visita de Monti a Bruselas, los líderes europeos le alentaron a no abandonar la arena política italiana a las puertas de un año, el 2013, que se perfila difícil desde el punto de vista económico y dado que muchas de las reformas auspiciadas por él no han llegado a ser aprobadas, aseguran los analistas italianos.

Según Elmar Brok, asesor de la canciller alemana Angela Merkel, la mandataria germana comentó hace unos días que no quiere interferir en el debate interno acerca de quién será el futuro primer ministro de Italia, pero subrayó que va a "trabajar por que se conserve la línea política actual".

Monti vive los últimos días de su legislatura y también el presidente Napolitano apura sus últimos meses como jefe del Estado de Italia, ya que el próximo mes de mayo finaliza su mandato, por lo que ese cargo -según los analistas- podría constituir otra posibilidad para el actual primer ministro.

Berlusconi, cuyo partido precipitó la dimisión del ex comisario de la UE, dijo ayer que si Monti lo quiere podría ser el unificador de los moderados para las elecciones generales de 2013. "Si Monti aceptase la invitación que tantas veces le he enviado, (...) no tiraríamos por la borda una ocasión histórica para ganar las elecciones", afirmó Berlusconi, quien recientemente anunció su candidatura a los comicios generales y a cuya formación las encuestas dan el 15% de los votos.

En el Partido Demócrata (PD), al que los sondeos otorgan alrededor del 30% de los votos, también hay un amplio espectro de electores que apoyaría a Monti, aunque no así su secretario general y candidato, Pier Luigi Bersani, quien invitó al ex comisario europeo a mantenerse al margen de la carrera electoral.

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