Cuatro cosas que debes saber del vertido de agua contaminada de la central de Fukushima al océano que está llevando a cabo el gobierno japonés
Pese a las críticas el Gobierno japonés asegura que el peligro es mínimo y cuentan con el respaldo de la OIEA.
Japón comenzará a soltar este jueves al mar el agua de la central de Fukushima
El terremoto (y posterior tsunami) que tuvo lugar junto a las costas japonesas el 11 de marzo de 2011 no solo causó más de 15.000 víctimas mortales en Japón, sino también una crisis nuclear en las centrales de Fukushima I y Fukushima II. Ahora, el país nipón se dispone a verter al mar toneladas de agua que se encontraban contaminadas con material radioactivo, pero ¿qué hay que saber sobre la cuestión?
¿De dónde procede el agua contaminada?
El agua que el gobierno de Japón ha comenzado a verter el día 24 de agosto al océano es agua que se usó durante la crisis de 2011 para enfriar los reactores dañados por el terremoto y el tsunami. En aquel momento se usó agua de mar para evitar así una situación peor, aunque no solo será esta la que llegará al océano, sino que también se suma a esta el agua de lluvia que se haya filtrado en las instalaciones durante la última década.
En total más de un millón de toneladas de agua llegarán al Pacífico en la operación que comenzó el pasado martes.
¿Por qué se vierte ahora al océano?
Hace dos años el Gobierno japonés aprobó un plan para desmantelar la central nuclear de Fukushima y sacar el agua que se quedó almacenada en su interior es uno de los pasos de este plan. El vertido cuenta también con el visto bueno del OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), que depende de la ONU.
La empresa operadora de la planta, Tokyo Electric Power (Tepco), estimó que el espacio en la planta para albergar nuevos bidones se agotará en 2024, motivo por el que el Gobierno nipón barajó varias opciones para deshacerse del agua. Finalmente la opción ganadora ha sido la del vertido controlado, al considerarla la más viable y segura frente a otras como la evaporación.
¿El agua sigue contaminada?
El agua que el Gobierno está vertiendo al mar ha sido procesada para eliminar la mayor parte de residuos radioactivos a través de un proceso supervisado por expertos internacionales. Y desde Tepco reconocen que estas aguas contienen aún tritio y carbono-14, pero aseguran que los niveles se mantienen por debajo de los estándares internacionales marcados por el OIEA.
El tratamiento del agua se ha realizado a través de un sistema ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos).
¿Pueden tener estos vertidos un impacto humano y medioambiental?
El Gobierno japonés publicó unos documentos simplificados con información sobre el posible impacto de la llegada de las aguas tratadas de Fukushima al océano. Según establecen sus estudios los "efectos en humanos y el ambiente marino son mínimos". Algo que según Tokio ha sido ratificado por la OIEA, según han asegurado en su defensa ante las críticas de China.
Sin embargo, las voces críticas dentro y fuera del país se han intentado hacer escuchar, aunque no han servido para que el Gobierno japonés dé marcha atrás en esta decisión. China ha sido el país más crítico al respecto, un portavoz de la administración de seguridad nuclear ha asegurado que es un movimiento "extremadamente egoísta e irresponsable" y que antepone "sus propios intereses por encima del bienestar de la humanidad". Desde Pekín se ha hecho saber que se tomarán medidas para asegurar el impacto medioambiental, en la salud humana y en los alimentos a través de la monitorización de los niveles de radiación de las aguas tras el vertido.
Grupos ecologistas también han protestado ante esta decisión del Ejecutivo japonés y dentro del país la industria pesquera ha rechazado esta medida que "no cuenta con la comprensión de los pescadores ni del pueblo japonés", como ha señalado un comunicado de la Federación Nacional de Pescadores japonesa. En el país asiático las protestas han llegado a las puertas del Parlamento, donde el martes 22 se concentraron varios centenares de personas, mientras que territorios como Hong Kong y Macao ya advirtieron que dejarán de comprar pescado que proceda de varias regiones japonesas, incluyendo la capital y Fukushima.
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