Entenderán ustedes que una crónica de la recepción de Feria del PSOE cordobés, a cosita de mes y medio largo para su congreso provincial, da para unas pocas ironías. Por ejemplo, que cayeron rayos y truenos aunque, amigos, eso sea cosa del tiempo. Cercados en la caseta -zona techada- dirigentes, militantes, delegados en funciones, aspirantes a ello y alguno que no va a ver cargo se reunieron en torno a la cerveza y el arroz ése que no se pega que ofreció la dirección socialista.

Las estrellas del día, como también podrán imaginar, fueron los dos contendientes a la secretaría provincial, que José Antonio Griñán andaba por Málaga o vaya usted a saber. Juan Pablo Durán y Joaquín Dobladez se hicieron la foto de familia juntos tras estrategias variadas de la profesión fotográfica local -vestirse de flamenca, esconderse detrás de un barril de vino- para cogerlos en un renuncio. Fue por la foto de familia de toda la caseta que tuvo hasta anécdota. El presidente del Parlamento, Manuel Gracia, se colocó entre ambos. Durán lo cambió de lugar. "Sin árbitros", dijo entre bromas. Gracia -que dirige la gestora de la Sevilla- fue reubicado y aquí paz y después foto.

En la puerta, el actual secretario y candidato a repetir aseguraba que no había ninguna tensión pese a que las espadas están en alto y ese tipo de cosas que se escriben en estas crónicas de Feria. "Mi puerta siempre ha estado abierta", afirmaba, en un día dedicado a compartir una copa de vino con los compañeros. Dijo Durán que el de ayer fue un encuentro austero, que no están las cosas para lujos. Dobladez, que siempre es un buen momento para compartir una copa con los amigos tras el trabajo, la tensión, los procesos electorales.

División de opiniones entre las mesas, oiga. Están los que van a votar a Durán sí o sí (en el caso de que puedan). Los que quieren a Dobladez también o también. Los que se hacen el lilas y los de la tercera o sucesivas vías que en estos momentos surcan el PSOE de estas tierras. Esto es, los que llegado el caso apoyarían a otro u otra si es que hay otro u otra con intención, ganas y el 20% de los delegados del congreso. Algunas más pretendidas que posibles.

No hubo ayer momentazo delegadas. Todas las Ferias, una parte de las mujeres del PSOE en la Junta se presentan vestidas de flamenca en la caseta socialista. Como quiera que los volantes y las botas katiuskas no pegan, el traje -y hasta algunas delegadas- se quedaron en casa. Lástima, que todos los años dan para sus buenas fotos en el suplemento de Feria en posado o robado. En unos días -o dos semanas, según dicen-, se producirá el cambio definitivo en los despachos autonómicos de la provincia. Éste era el último baile para tantos. Francisco Zurera sí que estaba por allí.

Poquita provincia, en lo que respecta a los alcaldes, se acercó a la caseta en un día que no estaba para coger el coche. Y al único consejero cordobés -rama Valencia-, Luis Planas, tampoco se le vio el flequillo. Manuel Gracia, ya se ha dicho, sí que puso sus barbas a remojar en El Arenal, entiéndase literalmente. Se podría hacer una lista de gente que no estuvo o no se dejó ver adecuadamente. Isabel Ambrosio, pongamos.

Rosa Aguilar, que venía de besar -glups- a Rafael Gómez en Las Matildes, repartió abrazos y sonrisas con lo que queda de José Joaquín Cuadra tras la dieta. Parece que se ha perdido la sana costumbre de que vayan los políticos de unos partidos a la caseta de los otros. Siempre quedará la Asociación de la Prensa, que da cuartelillo a todo el que aparece. Y el lunes por la noche, Izquierda Unida, que este año está en el Gobierno y tiene su punto la cosa.

Malas lenguas, en el PSOE, estuvieron las habituales. Por muchos años. Benditas sean.