Poco a poco se van conociendo más detalles de la boda del príncipe Enrique y Meghan Markle el próximo 19 de mayo. Lo último es el destino de la luna de miel de los novios, un lugar muy conocido por los duques de Cambridge -pues han estado allí varias veces- y de gran valor sentimental para el hijo pequeño del príncipe de Gales. Se trata de Namibia, en África. Durante el comienzo de su noviazgo, la pareja también viajó hasta Botswana para celebrar el cumpleaños de la actriz y meses después pasaron en el país tres semanas. Este es un enclave fundamental para Enrique, ya que siempre le ha servido como refugio desde adolescente; de hecho, fue el primer país que visitó después de la muerte de su madre. Además, el anillo de prometida de Markle consta de tres diamantes: dos de ellos pertenecieron a la desaparecida madre del príncipe, Diana de Gales, y el tercero es una piedra de Bostwana.

Algunos medios, además, afirman que la firma elegida para el vestido de novia por la futura princesa es Ralph & Russo. Su vestido, aunque probablemente tendrá un diseño bastante similar al de su cuñada, la princesa Catalina, será bastante más discreto y sencillo si se tiene en cuenta el estilo que caracteriza a Meghan. Otro detalle importante: el nieto de Isabel II se ha negado a firmar ningún acuerdo prenupcial, como lo hizo su padre en su día.

Antes del gran día y de su viaje de novios a África, Enrique y Meghan pasarán unos días en la isla de Corfú, en Grecia, para llegar bien descansados al día de su enlace.