Mayo Festivo

Feria de Córdoba: Miles de jóvenes celebran un macrobotellón a las puertas de El Arenal

Centenares de jóvenes en el botellón del miércoles de feria.

Centenares de jóvenes en el botellón del miércoles de feria. / Miguel Ángel Salas

Ni el sol de justicia que ha caído  a primera hora de la tarde, ni horas y horas de pie, ni el peso de las bolsas repletas de botellas de alcohol y la de los refrescos y los benditos hielos... Nada ha sido un impedimento para que 10.000 jóvenes, según la Policía Local, se hayan dado cita en Balcón del Guadalquivir y celebren un macrobotellón con todas sus letras.

El miércoles de Feria de Nuestra Señora de la Salud es sinónimo de juventud y también de alcohol –desmedido en muchos casos, otros no, que de todo hay– y de fiesta desde primera hora de la tarde y, tras dos años sin botellón, la jornada de ayer fue una fiesta continua.

El final de las clases y, justo en el ecuador de la Feria hacen que cada año y tras la maltida pandemia el miércoles sea literalmente el día reservado a los jóvenes estudiantes, tanto universitarios como de ciclos de Formación Profesional.

Y se pueden utilizar muchas palabras y mucho eufemismos para evitar decir la palabra botellón –el Ayuntamiento decidió en su día que el espacio acordonado en el Balcón del Guadalquivir se iba a denominar como zona de encuentro para los jóvenes–, pero lo de este miércoles ha sido mucho más y uno de los grandes.

El miércoles de Feria es sinónimo de juventud y también de alcohol –desmedido en muchos casos– y de fiesta desde primera hora de la tarde y, tras dos años sin botellón, la jornada ha sido una fiesta continua. 

El final de las clases, justo en el ecuador de la semana central de la Feria de Nuestra Señora de la Salud, hace que cada año y tras la maldita pandemia el miércoles sea literalmente el día reservado a los jóvenes estudiantes, tanto universitarios como de ciclos de Formación Profesional.

Y se pueden utilizar muchas palabras y mucho eufemismos para evitar la palabra botellón –el Ayuntamiento decidió en su día que el espacio acordonado en el Balcón del Guadalquivir se iba a denominar como zona de encuentro para los jóvenes–, pero el de este miércoles ha sido mucho más y uno de los grandes.

Había ganas y muchas por parte de los jóvenes, algunos sin pensar en las consecuencias de llegar a El Arenal a primera hora de la tarde y ponerse a beber entre amigos y sin hora fija de regreso al piso, que total, un día es un día y “había muchas ganas de feria”, apuntó Mercedes López, una joven que aspira a ser abogada dentro de dos años, pero que no quiso perderse la cita con el resto de compañeras de clase. En un intento de reconocer que quizás se habían equivocado por llegar “demasiado pronto”, la futura letrada le quitó importancia y manifestó que “hoy –por ayer– es nuestro día”.

Camisetas picantes

Numerosos jóvenes acceden a la zona habilitada para el botellón. Numerosos jóvenes acceden a la zona habilitada para el botellón.

Numerosos jóvenes acceden a la zona habilitada para el botellón. / Miguel Ángel Salas

Y si las ganas de fiesta y de reencuentro no faltaron, lo que también regresó hasta El Arenal fueron las camisetas con mensajes picantes que cada año idean los estudiantes de los diferentes grados universitarios y que, a la postre, serán los profesionales del futuro. “Si me invitas a un cubata, te ausculto sin bata”, por parte del alumnado de Medicina de la Universidad de Córdoba o “Qué es animación. Te lo explico esta noche en tu habitación” fueron solo algunos de los lemas que se pudieron ver sobre el albero.

En el caso de esta última corresponde al alumnado de segundo del ciclo de Animación Sociocultural del instituto Averroes, según explicó Fernando Calderón, quien no tuvo reparos en sentenciar que querían “seguir con la moda de las camisetas de la Feria después de la pandemia”.

La camiseta de tercero del grado de Cine y Cultura por su parte rezaba así: “Sea frontal, sea contraplano, hoy nos metemos mano”. Una frase que se votó “entre otras 15”, apuntó Juan García, alumno de esta titulación que se imparte en la Facultad de Filosofía y Letras. Pero es que aún hubo más y, según fuera el grado de Ciencias o de Letras, los mensajes que aparecían en las camisetas llegaban a ser más retorcidos, por aquello de las fórmulas de química y física, aunque todos con el mismo final.

A primera hora de la noche el ambiente fue a más y el ambiente en el botellón de la feria se fue caldeando, pero no por el calor, que también, sino por la llegada de más y más jóvenes que no querían perderse este día marcado, casi a fuego, en su calendario académico.

Además, se da la circunstancia de que muchos acudieron ayer por primera vez a esta cita, ya que la pandemia se coló y, por ejemplo, los alumnos que no son de Córdoba capital no habían podido disfrutar de la misma, como Pedro Alonso. “Todos mis compañeros de Córdoba me habían comentado que esto era una pasada y que venía mucha gente, pero no me esperaba tanto, la verdad”, aseguró. El joven también salió en defensa del botellón y señaló que “es más barato” para los jóvenes, que tienen “poco dinero y encima estamos a final de mes”.

Varios jóvenes en el botellón. Varios jóvenes en el botellón.

Varios jóvenes en el botellón. / Miguel Ángel Salas

Y es que el precio medio de las copa está alrededor de los siete euros, cuando por ese mismo precio –y mucho menos–, en un grupo de jóvenes caben a más de tres o cuatro copas por cabeza. Solo hay que echar cuentas. No se olvidó Pedro de intentar quitar la mala imagen que se puede ”dar con el botellón, porque también hay quien viene a echar el rato con los amigos y no prueba el alcohol”.

Y fuera como fuese, lo que fue verdad es que la imagen que se vio desde el puente fue de nuevo llamativa, como hace dos años, y más de uno se paró a inmortalizarla por aquello del recuerdo. Y como el espíritu es joven y el calor apretaba, a primera hora de la noche ya algunos de los asistentes decidieron poner punto final al botellón y comenzar su peregrinaje por las casetas y también llevarse algo sólido al estómago, que después de tanto líquido a más de uno y a más de dos le sentó fenomenal.

Por cierto, que para evitar que algún menor de edad se colase en este gran botellón de feria, hubo controles policiales en los que se pidió el DNI para que no accediesen menores a la zona de encuentro de jóvenes junto al río.

El miércoles de Feria en El Arenal supone, además, el pistoletazo de salida para afrontar los llamados días grandes de la Feria cordobesa, que comienza este jueves. Sin duda, para quien no haya ido o no haya podido acudir hasta el momento, todavía puede disfrutar de esta fiesta que sirve para poner el punto y final a un gran mayo festivo en la capital.

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