El grupo Abengoa decidió ayer abonar todos los salarios de la nómina que se devengará el próximo 31 de julio, después de comprobar la disponibilidad de caja que tiene tras haber sido embargadas por la Agencia Tributaria buena parte de sus cuentas bancarias, según confirmaron fuentes de la compañía.

Los más de 8.000 trabajadores que conserva el grupo cobrarán la nómina del septimo mes de 2022, pero no así la paga extraordinaria de verano. La dirección de Abenewco 1, la filial del grupo de la que dependen todos los empleos y negocios, ha decidido, según las mismas fuentes, que podrán cobrarla los operarios de las plantas solares que hacen labores de operación y mantenimiento en España, así como los trabajadores que prestan sus servicios en proyectos en el extranjero.

La situación del grupo Abengoa es de máxima precariedad. Su matriz está provisionalmente disuelta, y sus principales filiales en España –hasta 27 sociedades– en preconcurso. Esta situación provocó que la Agencia Tributaria decretase embargos por valor de 50 millones de euros, una situación que puede provocar el colapso del grupo este mismo verano si no hay soluciones financieras.

El consejo de la matriz cotizada ha recurrido su disolución y ha presentado un convenio en el concurso que está financiado por una oferta que se quedaría con todas las filiales operativas, también Abenewco 1, para relanzar su negocio y, a medio plazo, reintegrarlas a la histórica sociedad que cotiza en Bolsa.

Al mismo tiempo, la Junta de Andalucía, el Gobierno central y la dirección de la empresa negocian alguna fómula de rescate, que pasaría por vender por separado algunas de las filiales con negocio. Esa vía deja en una delicada situación a Abenewco 1, que tiene más de 300 trabajadores y se dedica a prestar servicios corporativos al grupo, pero no tiene actividad propia. Muchos empleados temen que un rescate como ése acabe por enviarles al Fogasa después de perder su puesto de trabajo por este desguace apoyado desde las administraciones.