Deportes

Un triunfo por los que se fueron

  • Miles de corredores disfrutan de una prueba en una mañana radiante que compartieron con sus allegados, los que siguen aquí y los que ya no están

Pasaban pocos minutos de las 9 de la mañana y los alrededores de la línea de salida en Conde de Vallellano eran ya un hervidero de atletas ultimando su calentamiento. Con los nervios típicos de la previa, un grupo de corredores se agolpaba ante un baño público de los muchos habilitados por la organización. El madrugón para llegar a la capital hacía mella en muchos pequeños de la provincia, que bostezaban de manera inocente e incontrolable mientras observaban de la mano de sus madres el calentamiento de papá. De muchos de esos niños se encargaban sus abuelos, ante la presencia en la prueba de ambos progenitores. La familia que practica deporte unida, permanece unida. ¿Quién dijo que esto del atletismo era un deporte individual? La XXXI Media Maratón estaba a punto de arrancar. Y lo iba a hacer con una puntualidad escrupulosa. Tanto fue así que el pistoletazo de salida dado por la alcaldesa Isabel Ambrosio cogió a más de uno fuera de juego, por lo que su postrera incorporación a la prueba ya no le valió para que su marca quedase registrada al término de la misma.

La serpiente multicolor que formaron los 7.000 participantes se estremeció como si de un solo cuerpo se tratase. Ágil y tensa en su cabeza, más parsimoniosa y relajada conforme iba descendiendo hasta las últimas unidades del pelotón. Las dos vertientes de la prueba, la competitiva y la recreativa, reflejadas a la perfección. En la cabecera de la prueba los favoritos tomaban posiciones desde el arranque, mientras que por detrás algunos se animaron a correr acompañados de sus hijos. Los hubo que incluso sacaron la vena cómica para completar la prueba disfrazados. La marabunta emprendió camino hacia el Puente de San Rafael con brío, en una mañana soleada y con temperaturas agradables. Tanto que a más de uno se le animó el cuerpo a seguir un ritmo demasiado exigente. Craso error porque a los pocos kilómetros las piernas se iban a cargar como si de hormigón se tratase y los kilómetros restantes se iban a convertir en un calvario difícil de sobrellevar.

El atractivo recorrido, aún con sus zonas más despobladas, permitió a los deportistas gozar del calor del público en una mañana que invitaba a tirarse a las calles para aprovechar los agradables rayos del sol de invierno. La mayoría de familiares y curiosos se agolparon en las calles del centro histórico, especialmente en la Plaza de las Tendillas, que vibró al paso de las primeras unidades del pelotón. Y de ahí a la línea de meta, donde los primeros atletas no se hicieron esperar. El Puente Romano, un lugar idílico para coronar la mágica cifra de los 21.097 metros de los que consta la Media Maratón, apareció abarrotado ante los ojos de los primeros corredores en culminar la prueba.

Justo tras la línea de meta, familiares de los atletas y miembros de todos los clubes representados se agolpaban para felicitar a los valientes que alcanzaron a terminar la prueba. Las cámaras de los teléfonos móviles no daban abasto a plasmar la felicidad de los corredores tras cumplir el objetivo marcado. Los rostros de los primeros clasificados denotaban satisfacción, aunque también se vieron caras de decepción por no cumplir con la marca propuesta. Apenas una hora después de su arranque, la XXXI Media Maratón de Córdoba con un incremento importante de la temperatura y una privilegiada estampa a orillas del Guadalquivir. Las ambulancias se afanaban en atender los desvanecimientos propios de una prueba tan exigente, aunque por fortuna no se registraron percances de importancia, gracias en gran parte al magnífico despliegue organizativo.

Varios minutos después de la entrada en meta de los ganadores, los atletas seguían cruzando el Puente Romano en grupos cada vez más numerosos. Muchos de ellos, visiblemente emocionados, alzaban la vista al cielo en recuerdo a los que ya no están. Un tributo postrero a los que se fueron y que sirven de inspiración día a día a los miles de amantes del atletismo que ayer disfrutaron de una jornada inolvidable. Ellos lograron el triunfo más reconfortante, cruzar la línea de llegada con la sensación de haber alcanzado una meta vital.

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