ALAVÉS-CÓRDOBA

No le sale nada y se estanca abajo

  • El Córdoba se mostró irregular ante un rocoso Alavés en un duelo que parecía encaminarse sin remedio al empate. Con los de José González viviendo sus mejores momentos, Igor aniquiló las esperanzas.

El Córdoba no levanta cabeza. El inicio de la temporada no ha podido ser más descorazonador: dos derrotas en la Liga Adelante, de la que es colista, y eliminado de la Copa del Rey. Todo en una semana que invita a la reflexión. Ayer, en Vitoria, el Alavés se quedó con todo el botín de un partido con un poderoso olor a empate. Fue en la recta final del envite, precisamente cuando los de José González daban más sensación de suficiencia. El fútbol es así, y está arreando fuerte a un grupo que necesita un buen resultado para reaccionar.

Desde el principio se vio que los pelotazos bombeados a la espalda de la defensa constituían una amenaza latente y que Javi Guerra, el único delantero puro alineado por Salmerón, era la china en el zapato. El ex del Granada 74 lanzó fuera antes del primer minuto y al borde del sexto estuvo a punto de abrir el marcador con un testarazo en el área pequeña a centro de Toni Moral; Raúl Navas, sobre la línea, detuvo en dos tiempos. Luego guerreó, cayó a las bandas y trató, sin éxito, de engañar a Iglesias Villanueva con un par de caídas al césped.

Toni Moral no es un incordio sólo por su verticalidad, también por su clase. El interior izquierdo sirvió otro balón de oro tras ganar la espalda a Mario, pero Moreno no acertó a rematar. Mientras, el Córdoba exponía su propia variante con José Vega como elemento distintivo. El zurdo generó peligro por su banda, y por allí llegó la primera ocasión visitante. Una colada de Gastón Casas con fallo en el golpeo de Asen permitió a Javi Flores habilitar al propio Vega, cuyo derechazo se marchó a córner. Moral, erre que erre, continuaba mandando centros de lujo desde su costado. Por fortuna para los blanquiverdes, Aganzo ahora marca goles con el Rayo Vallecano y Raúl Sánchez se ha quedado sin dorsal (un desperdicio).

El oficio de Gastón Casas provocó una falta de su ex compañero César Caneda algo esquinada, a unos 30 metros del portal de Bernardo. En este Córdoba, mientras no se demuestre lo contrario, este tipo de acciones tienen que ser ocasiones sí o sí. Pero Guzmán tocó con suavidad, picando la pelota, a los guantes del portero. Y José González bramó en el área técnica. "¿Para qué ensayamos horas y horas a puerta cerrada?", debió de pensar.

En torno al ecuador del primer periodo, el Córdoba encerró a su rival con una serie de envíos a balón parado. Sin resultado. Más cerca del gol anduvo el Alavés: centro de Toni Moral, por supuesto, toque del fino Emilio Sánchez en el segundo palo, esfuerzo de Garitano en la continuación… y suspense en una parábola que terminó en la parte superior del larguero. Nadie ponía control en el centro del campo, así que tocaba cazar una bola cualquiera. En una transición magníficamente conducida por Moral, con bicicleta y quiebro de cintura a Gaspar incluidos, su pase horizontal hacia Astudillo, quien llegaba en carrera, dio paso a un derechazo desviado.

El tramo final de la primera mitad resultó anodino, sin chispa en ninguno de los dos bandos. Al Córdoba no le funcionaron recursos como las incorporaciones de Rubén para cazar rebotes en la frontal o los pelotazos largos de Gaspar. El Alavés bajó el pistón para regresar de los vestuarios con la energía suficiente para encarrilar el encuentro. Pudo hacerlo, por cierto, al borde del intermedio, pero el árbitro no quiso ver una mano de Mario dentro del área. Por lo absurdo del penalti, el lateral diestro se hizo acreedor a un capón.

Sin cambios durante el parón, Guzmán empezó enseñando los dientes: una galopada en los primeros segundos y una subida sin balón con todo su flanco por delante, pero abortada por la decisión de Gastón Casas de agachar la cabeza y tirar desde muy lejos. Por su parte, Toni Moral volvió a reclamar protagonismo desde el principio. Sin embargo, no contaba con que su intento de vaselina sería cortado con el pecho -sí, con el pecho- por Raúl Navas, a medio camino entre la utilidad y la frivolidad. Nada que ver con lo ocurrido el miércoles entre Alfaro y David Valle.

Javi Flores sufrió un golpe y José actuó rápido. Por si las moscas, para cuidar el físico del canterano y para dar empaque al bloque, tiró de Ito. Justo después del relevo, Raúl Navas realizó un paradón a disparo de Javi Guerra desde el punto de penalti. El delantero se revolvió con rapidez y el meta replicó con agilidad.

Salió Cristian Álvarez por Guzmán, e Igor por Astudillo. Y Gastón Casas tuvo el 0-1 tras un pase entre líneas de Asen; el argentino no controló para engatillar de inmediato, lo que dio a Edu Albácar la oportunidad de rebañarle el cuero en los mismos morros de Bernardo.

Era el típico partido de 0-0, carente de un patrón determinado. Uno de tantos cruces en Segunda, con excesivo respeto y escasa chispa. En ésas, un córner botado por Cristian precedió a una fulgurante contra de tres contra tres, de repente. Esta vez sí funcionó el repliegue.

La clave para sumar, al menos un punto, era no equivocarse. Arriba, la movilidad de Asen no era suficiente para abrir la caja fuerte y extraer la victoria. El minuto 76 fue intenso: doble cambio del Alavés y gran oportunidad para Gastón Casas, quien tras recibir de José Vega no encontró el resquicio para batir a Bernardo. Fue la última contribución del ariete, suplido por Arteaga en el último retoque de José. El sevillano se colocó como mediapunta por detrás de Asen.

El Córdoba pasó a administrar la pelota con cierta solvencia. El Alavés, espeso y cansado, era una perita en dulce. Pero Toni Moral no había dicho su última palabra. El zurdo sirvió el enésimo balón desde la izquierda e Igor machacó a Raúl Navas tras un testarazo previo de Javi Guerra.

De verse capaz de arrancar el triunfo, el Córdoba pasó a quedarse sin nada. A la desesperada, Pierini se puso el disfraz redentor: falso ariete, cabeceador ocasional. Contra una defensa de tres y las líneas abiertas, el Alavés pudo apuntillar en una colada de Igor, pero Javi Guerra y Toni Moral se estorbaron a la hora de finalizar.

Al capitán le faltaron genes de goleador para alcanzar un toque de Carpintero tras un envío al área de Mario, con Bernardo desubicado. Y en la penúltima tentativa, ya en el 92', obstaculizó a Asen cuando éste se disponía a encarar al portero. El homólogo de Bernardo, Raúl Navas, llegó a subir en un córner. Sin embargo, a este Córdoba no le sale nada en su triste arranque.

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