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No, no es lo que quiere Paco

  • El Córdoba repitió el modelo de Tarragona, sin capacidad para proteger su renta ni gestionar la pelota · El Sevilla Atlético apretó y remontó ante un equipo sin patrón

El Córdoba estuvo adormilado y ramplón en el Pizjuán. Entre la animosidad del Sevilla Atlético, la falta de criterio a la hora de manejar el balón y el magistral golpe franco de Alfaro, que culminó la remontada en el 89', el combinado de Paco Jémez se volvió de vacío. Lo mereció.

Defensa

Salió el Sevilla con un 4-1-4-1 y Alfaro, beneficiado por un par de indecisiones de Endika, probó fortuna con sendos lanzamientos. El filial manejó la pelota con más continuidad y profundidad que el Córdoba, y centró sus ataques por la banda derecha. Diego Reyes lo pasó fatal ante Pablo Sánchez y el lateral Óscar Ramírez. No obstante, tanto Pablo Ruiz como Pierini se mostraron contundentes por arriba en sus pugnas con Juanjo y prestos por abajo, al igual que un Mario eficaz, que no se complicó nunca.

A la hora de defender las acciones estáticas, todos se amontonaban en el área. Por ello, los despejes caían siempre en las botas de los anfitriones. El Córdoba se metió demasiado atrás, sobre todo las dos líneas de cuatro, pues no pudo realizar una presión intensa debido al evidente cansancio de Arthuro, Asen, Diego Reyes o Juanlu. A la mínima que apretaron, forzaron errores en la entrega de los rivales.

Apenas habían transcurrido 45 segundos desde el regreso de los vestuarios cuando el cuadro hispalense estuvo a punto de empatar con su fórmula mágica: explotar las incursiones por la derecha. Pablo Sánchez centró -le vigilaba Pierini, con Diego Reyes fuera de sitio- y Armenteros acabó rematando a bocajarro; el esférico ya se colaba cuando chocó en Pablo Ruiz.

Acciari salió para contener sólo dos minutos después de la entrada del tanque Juan Pablo, quien obligaba a los pivotes y a los centrales a extremar las precauciones. El árbitro decretó una falta de Pierini a Juanjo a cinco metros de la frontal y entre Casado, Julio Iglesias y Pablo Sánchez rubricaron las tablas.

De ahí al final, al filial se le fundieron los plomos por culpa de la fatiga. Sólo cabía el chispazo de un genio, y Alfaro lo sabía: falta lejana, parábola a la escuadra y adiós.

Ataque

El Córdoba, más centrado en protegerse que en desplegarse, se encontró el gol pasado el cuarto de hora. Arthuro, por detrás de la zaga, rentabilizó un fallo de Jonathan. El brasileño expuso su sangre fría en la definición. Luego dibujó otra diagonal desde la derecha, aunque su tiro fue mordido.

Juanlu comenzó incisivo por la izquierda, pero se desfondó pronto. Asen, víctima de un gran desgaste, se retrasó para dar salida a las transiciones; sin embargo, no fueron nítidas. Ni siquiera hilvanó Katxorro. Sí hubo sensación de peligro en los centros al área. Arthuro y Pablo Ruiz cabecearon sin encontrar portería en sendas faltas laterales botadas por Katxorro y Cristian Álvarez, mientras que Asen pifió en el remate en el área pequeña después de una rosca de Juanlu.

El equipo siguió espeso en el segundo periodo. Al no administrar la posesión, el Sevilla Atlético rondaba el área de Julio Iglesias. Con media hora por delante, Paco alteró el sistema (del 4-4-2 al 4-2-3-1) al quitar a un delantero, Arthuro, para apuntalar la zona ancha con Acciari. Katxorro pasó a ejercer de enganche. No obstante, la igualada llegó. Y a nadie de pistacho le duraba el cuero más de cinco segundos.

Sólo hubo una ocasión, esporádica mas clara, ya en el 87': Katxorro sirvió un balón raso al corazón del área y Endika puso el interior del pie en carrera; fuera por poco. El gol cayó a favor del otro bando a renglón seguido y el Córdoba terminó roto y deshecho tácticamente, con Pierini como falso interior zurdo por la roja a Juanlu.

Virtudes

Arthuro dio continuidad a su racha goleadora con un tanto de pillo.

Talón de aquiles

El Córdoba de ayer recordó al de Tarragona: se adelantó pronto, no supo controlar la situación y se vio desbordado por el empuje de su oponente. A pesar de que varios futbolistas estaban asfixiados, Jémez no utilizó el tercer cambio.

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