Aunque sus números como visitante dejan mucho que desear, el caso es que el Córdoba no perdía fuera de casa desde la novena jornada, en aquel pésimo encuentro en Lugo. Desde entonces Villa no había tenido que dar explicaciones de una derrota a domicilio, aunque en esta ocasión los argumentos fueron muy distintos.

Si en el Anxo Carro no encontró resquicios para argumentar el resultado, ayer lamentó que "hemos tenidos 25 o 30 minutos buenísimos para resolver el partido, pero cuando perdonas... nos pudimos poner 0-2 o 0-3, pero en una jugada mal defendida, Nagore le metió el balón a Iriome y en esa acción nos empataron".

Ahí a Villa le salió el lado canibal y señaló que en ese tramo inicial del encuentro, incluso a pesar de la ventaja en el marcador, "hemos sido más virtuosistas que efectivos". "Tomas decisiones equivocadas en situaciones en los que era más fácil abrir a banda en momentos de debilidad del rival cuando se pudo sentenciar", apuntó el entrenador del CCF, quien criticó que "nos ha faltado la mentalidad y el hambre de un equipo ganador que cuando tiene que pisar al rival, lo pisa, pero fuimos unos primos y les dimos vida".

Tras el empate "el partido fue de ida y vuelta" y ahí "nos faltó punch en el último pase". Además, al filo del descanso llegó el 2-1 "en el que hemos estado muy lentos en el rechazo. El balón se quedó ahí en el área", para reiterar que "fuimos unos pardillos en algunas jugadas".

Lo que sí reconoció el entrenador madrileño es que "en la segunda parte nos costó más". "No teníamos un prototipo de jugador de área", admitió, aunque incluso así "tuvimos opciones".

"Es una pena que nos vayanmos con una derrota tan dura por el fútbol desplegado", sentenció Pablo Villa, abatido por un resultado negativo "tras crear muchas ocasiones". "Perdimos un partido que se nos había puesto de cara y luego no especulamos", aunque no negó que "el fútbol es acierto en las dos áreas".